Puerto Santa Ana

Puerto Santa Ana es el nuevo polo de desarrollo turístico y empresarial de Guayaquil.

El sector de Puerto Santa Ana, de Guayaquil, se comenzó a construir desde 2005 y en la actualidad es un sector donde se funden en un solo paisaje la historia, modernidad y la naturaleza.

Una fresca brisa recorre el malecón de Guayaquil en las mañanas. A poca distancia del casco central de esta ciudad, caracterizada por el ruido propio del intenso movimiento comercial, hay un ‘oasis urbano’ donde se conviven armónicamente la historia, modernidad, la naturaleza y la tranquilidad.

Se trata del sector de Puerto Santa Ana, un nuevo polo de desarrollo turístico y empresarial de Guayaquil, situado en el norte del malecón Simón Bolívar.

Su construcción empezó en 2005 y en pocos años este sector se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos y de relax de la urbe más poblada de Ecuador.

Es una ciudad nueva que aún se levanta en lo que hace más de una década fue una pampa, las ruinas de una importante industria cervecera local y añejos astilleros.

Puerto Santa Ana ha crecido a ritmo acelerado a pocos metros del barrio Las Peñas, que en contraste es el sector más antiguo, justo donde nació esta ciudad portuaria hace 483 años, al pie del cerro Santa Ana y el río Guayas.

La primera etapa la construyó el Municipio local en una alianza con capital privado. Es un complejo arquitectónico compuesto de siete edificios de oficinas y departamentos, donde existen museos de los equipos más populares de la ciudad (Barcelona y Emelec), así como el Museo y Escuela del Pasillo, en medio de plazas para eventos culturales y jardines.

Siguiendo hacia el norte por la calle Numa Pompilio Llona, está la segunda etapa, cuya construcción fue netamente privada a cargo del Consorcio Nobis. Este complejo inmobiliario, denominado Ciudad del Río, está comprendido por 9 torres, cuya inversión es de unos 180 millones de dólares.

En este sector, dominado por las amplias camineras de adoquines, adornadas de árboles, jardines y la vista del caudaloso río se levantan imponentes edificios, donde resalta The Point, actualmente el edificio más alto de la ciudad y del país con 137 metros de altura.

Su forma de tornillo ha hecho que mucha gente lo bautice con ese nombre. Su estructura aloja departamentos, oficinas y negocios de empresas nacientes y otras ya constituidas en el mercado local y nacional. Por las noches ‘El Tornillo’ se viste de luces de colores led, que lo vuelve atractivo como fondo para una ‘selfie’.

La construcción de Puerto Santa le cambió para siempre el rostro a Guayaquil. Hace una década para quienes llegaban a la ciudad por el puente de la Unidad Nacional podían ver a lo lejos el cerro Santa Ana poblado de sencillas casitas de múltiples colores. Actualmente los edificios de Ciudad del Río dominan el paisaje de esta parte del suelo porteño.

Arrimados a las barandas del malecón, están Andrés Moral Grunauer y su esposa. Vestidos con ropa deportiva, disfrutan de la fresca mañana mientras contemplan el paisaje y el vertiginoso correr de las aguas del río.

“Esto es hermoso. Mi sueño siempre fue vivir al pie del río y ahora lo disfruto plenamente”, dice el hombre, propietario de un departamento en el edificio River Front I del complejo urbanístico Ciudad del Río.

Moral señala que cuando se inició el proyecto, aunque solo había monte, le llamó la atención la ubicación al pie del cerro y el río y por eso se decidió invertir en un departamento para disfrutar su estadía en su ciudad natal a la cual visita por periodos en el año, debido a que vive en el extranjero.

Ahora es uno de los residentes de la zona desde 2013 cuando le entregaron su apartamento desde donde puede apreciar el paisaje y disfrutar esa mezcla de tranquilidad y del movimiento de las noches cuando llegan turistas y ciudadanos a disfrutar del ‘after office’ que ofrecen los restaurantes y bares que se han abierto en esta zona.

La oferta gastronómica es variada y va desde la comida nacional hasta la italiana, española, peruana, argentina, árabe, japonesa y de otros países. El sitio preferido de los clientes es una especie de balcón y ventanales que ofrecen una vista panorámica al río.

Moral cuenta que el crecimiento de esta zona es impresionante, pues cada vez que retorna al país encuentra nuevos establecimientos, oficinas y negocios. “Es una nueva ciudad, aquí tenemos de todo, sin necesidad de ir al centro tradicional de la ciudad”, comenta con la satisfacción de haber hecho una buena inversión.

En efecto, los locales donde antes solo había las imponentes torres de cemento, ahora prosperan. Una de las emprendedoras es Estefanía Gutiérrez Hablich, quien apostó por esta zona para abrir su consultorio dental en el edificio Bellini.

“Vi una interesante oportunidad de crecimiento en esta zona nueva de Guayaquil y me decidí a abrir aquí mi consultorio”, confiesa la joven odontóloga, quien asegura que le va bien con la clientela, lo que le permite cubrir todos los costos que demanda el mantenimiento de su centro médico.

Al igual que Gutiérrez otros emprendedores, en su mayoría jóvenes, han decidido abrir variados locales comerciales, que van desde tiendas de artesanías hasta snacks.

Y es que Puerto Santa Ana se ha convertido, además, como una especie de meta a donde llegan caminantes, turistas o deportistas que recorren todo el malecón porteño desde el extremo sur, en el Palacio de Cristal, a una distancia de cuatro kilómetros, sin tener ningún tipo de contratiempo en cuanto a la seguridad.

Jenny Encalada, cuencana residente en Estados Unidos, también disfrutaba el lunes 23 de julio de la fresca brisa del verano porteño. “Está completamente cambiado este sector de Guayaquil, parece otra ciudad, me ha gustado mucho”, expresó la turista, mientras disfrutaba de una música del inmortal Julio Jaramillo que salía de una estatua levantada en su honor a la entrada de Puerto Santa Ana.

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