Santuario de Santa Eulalia de Mérida-Totana
El Santuario de Santa Eulalia de Mérida, «la Santa», se encuentra situado a siete kilómetros de la ciudad de Totana. Se accede a él por una carretera que atraviesa los huertos de este municipio, paraje en el que naranjos, limoneros, almendros y flores ofrecen un espectáculo de especial fragancia.
Continúa esta carretera entre perfumes de pinos, romeros y tomillos para adentrarse en las estribaciones de Sierra Espuña, en donde emerge en armonía con la naturaleza el conjunto arquitectónico de «la Santa». Desde allí se accede hasta la villa medieval de Aledo por una carretera envuelta, igualmente, de suave vegetación mediterránea.
En este Santuario se venera la imagen de Santa Eulalia de Mérida, patrona de Totana desde 1644. Esta devoción desborda los límites de la ciudad para extenderse hasta otros puntos de la Región de Murcia, como también a otras regiones, desde donde llegan peregrinos y devotos.
Fueron caballeros santiaguistas los que trajeron la devoción a Santa Eulalia hasta Totana, ya que estas tierras fueron donadas por Alfonso X El Sabio en 1257 a la Orden Militar de Santiago y a su maestre Pelay Pérez Correa, personaje vinculado con la ciudad de Mérida.
En 1574 se construye la actual Ermita, que posteriormente se amplió con las edificaciones anexas que han convertido el Santuario en un conjunto de gran valor histórico-artístico y de obliga visita turística en la región de Murcia. Su composición arquitectónica y el color almagre de las fachadas son típicos de esta zona de Espuña, se trata de un conjunto declarado desde 2002 Bien de Interés Cultural.
Es una ermita de una sola nave cubierta en 1595 con un artesonado mudéjar, en madera formado por armadura de “par y nudillo” con lazos de “a ocho”, los muros se encuentran completamente pintados con la técnica del temple que datan del s. XVII y que relatan de un modo muy didáctico la vida de Cristo, los milagros de la Santa y otros temas devocionales, constituyendo uno de los exponentes más expresivos del arte popular de todo el Levante peninsular.
De especial interés junto a las pinturas murales, puede observarse el retablo de Santa Ana obra del renacimiento español de una gran belleza y el retablo barroco del Altar Mayor labrado por Jerónimo Caballero a principios del s.XVIII, caracterizado por su riqueza ornamental.
ENTORNO
A lo largo de las 279 Ha de extensión del Paraje de La Santa, podemos disfrutar de un entorno medioambiental excepcional con bosque de pino carrasco y una variedad enorme de plantas autóctonas que han creado un rincón maravilloso donde poder descansar y disfrutar de las áreas recreativas del Grifo y El Ángel. Realizar un agradable paseo al Mirador de la Virgen Blanca, donde se enmarcan una de las mejores vistas del Santuario y practicar rutas de senderismo de nivel inicial e intermedio, pudiendo además iniciar otras rutas de largo recorrido hacia el interior del Parque.
En las proximidades al Santuario, dirección Aledo, por una pequeña carretera asfaltada encontramos el paraje de “El Ángel” que nos guía al Vía Crucis monumental que nos conduce a través de sus 14 estaciones y 32 figuras tendentes a la abstracción al Corazón de Jesús en la cima del monte llamado “El Balcón”, donde podemos contemplar magníficas vistas al Valle del Guadalentín y otear los destellos en días soleados del Mar Mediterráneo en el horizonte.
Desde La Santa puede continuar su visita a la villa medieval de Aledo, los Pozos de la Nieve, Morrón de Espuña o los Barrancos de Gebas.
FESTIVIDADES
El culto a Santa Eulalia ha tenido desde el principio un hondo calado popular que se expresa públicamente en una serie de celebraciones impregnadas de devoción, colorido y diversión, con la gastronomía y cánticos típicos de esta zona.
De especial interés turístico es la romería de bajada de Santa Eulalia, madrugada del 7 al 8 de diciembre, en la que se sube al Santuario y alrededor del fuego, en compañía de amigos, se alterna la tertulia con la música y la rica gastronomía local.
Sobre las 7h. se ofrece chocolate con bizcocho a todos los asistentes como preludio a la misa de bajada de la imagen hasta la ciudad.
Y el 7 de enero, la fiesta totanera por antonomasia, la Romería de La Santa, es una de las que congrega mayor número de asistentes, atraídos por la explosión de color, música y costumbres que se derrochan ese día. Se inicia la subida de Santa Eulalia de nuevo a la ermita, donde pasará el resto del año, para pasar a continuación a disfrutar de una jornada de monte, donde cuadrillas y romeros inundan con su música el entorno aderezado con bailes y una rica gastronomía.
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