Valle de Ricote
Turismo en el Valle de Ricote en Blanca - España
Sus orígenes son protohistóricos, según atestiguan los yacimientos arqueológicos de la comarca y que tienen sus origen en la Edad del Bronce y con una continuidad ininterrumpida en los iberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos hasta nuestro días. Aún así, Ricote entra en la historia documentada de la mano de los musulmanes, siendo en el año 896 su referencia escrita más antigua asociada al castillo Al-Sujayrat, o "los peñascales". A la sombra de sus muros se levantó contra los Almohades en 1228, el caudillo Ibn Hud, con un ideal hispano/musulmán de rebelión contra los rigoristas reyes norteafricanos y con un claro liderazgo que le permitió hacerse con el control de la mayor parte de la España musulmana.
En el Siglo XIII debió de gozar de una pujante vida económica y cultural como se refleja en las grades figuras que dio, de las que destacamos a Al-Raqutí, que tras la conquista de Murcia por Alfonso X, este lo puso al frente de un centro de estudios superiores, dada su exquisita formación académica en todas las disciplinas académicas y saberes de la época. Enseñaba a cristianos, judíos y musulmanes en sus propias lenguas vernáculas. Superior a Al-Raqutí, fue Muhammad Ibn Sabín, también nacido en Ricote. Sabio y místico sufí, de una profunda preparación cultural y de una exquisita vida espiritual que le condujo a establecer en el marco de la espiritualidad sufí, una nueva línea teológica que vino a llamarse sabiní. Gozó de la admiración de reyes, califas y papas, y creó escuela y tradición en el Valle de Ricote. La Orden de Santiago guió los destinos del Valle a partir de 1285, estableciendo una estructura socio-politico-económica señorial en la que tuvo cabida los dos grupos sociales ubicados en el Valle: las estructuras soberanas de la Orden, y las Aljamas y hombres buenos del valle que dirigían los destinos de los mudéjares. Con su conversión, a finales del S. XV, aparece la minoría morisca que tuvo una destacada actividad bajo el señorío de la Orden de Santiago, así como un destacado protagonismo historiográfico, al haber sido los últimos moriscos expulsados de España.
Lo más importante del patrimonio cultural de Ricote está constituido por la Iglesia de San Sebastián, del siglo XVIII, levantada según los más estrictos cánones del Barroco que guardaba en su interior dos tallas de Salzillo y otra de San Sebastián, el titular de la parroquia, del S. XV, pinturas anónimas del XVIII, un órgano donado por la familia Llamas en 1743, y construido por Joseph Meseguer, así como diversos elementos arquitectónicos, y escultóricos que la enriquecen y ennoblecen. El Palacio de Llamas, de 1702, del que se destaca su fachada, la escalera noble y la rejería. La Casa de Hoyos y el Palacio de la Encomienda vienen a completar la configuración urbana de sugestivas calles retorcidas y estrechas que delatan su origen medieval.
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