Ñawka

Ñawka es arte vivo, hojas y cabuya entrelazadas con historia. Vive la magia de Salasaka, donde tradición y sostenibilidad se fusionan en creaciones únicas que honran la tierra y su gente

¿Qué debes saber?

  • Ñawka, está ubicado en el sector La Loma. Parroquia El Rosario. Cantón Pelileo. Provincia de Tungurahua.
  • Ñawka ofrece variedad de productos elaborados artísticamente con fibra de cabuya y cuadros con composiciones en hojas. Adquiera bolsas pintadas en cabuya, monederos, accesorios, pantuflas, cepillos terapeúticos, individuales, lienzos para cuadros, cabos, sogas de diferente grosor, costales para cacao; todos elaborados con cabuya.
  • El precio de los productos elaborados por Ñawka van desde $ 1 hasta los $ 45 dólares.
  • El horario de atención es de martes a sábado 8h00 a 17h00.
  • Ñawka es uno de los geoamigos, el pujante grupo de emprendimientos turísticos que pueblan al Geoparque Volcán Tungurahua.

Ñawka: El arte que nace de la tierra y la herencia

En el corazón de la comunidad Salasaka, donde las montañas guardan secretos ancestrales y los vientos llevan historias de resistencia y cultura, florece un espacio único de creatividad y tradición: Ñawka. Este rincón de arte y memoria es el fruto del talento y la pasión de Heriberto Chango, un artista cuya vida está profundamente enraizada en el tejido cultural y natural de su pueblo.

Desde niño, Heriberto descubrió su conexión especial con el arte. Lo que comenzó como un juego entre pigmentos y texturas se convirtió, con el tiempo, en una expresión auténtica de su identidad. Aunque su habilidad para crear obras fascinantes estuvo presente desde siempre, no fue hasta hace doce años que decidió compartir su talento con el mundo. Así nació Ñawka, un espacio donde las hojas de plantas, la cabuya y los paisajes de su entorno se convierten en poesía visual.

Cada obra que Heriberto crea es un homenaje a su cultura. En sus cuadros, elaborados con hojas recolectadas cuidadosamente, resplandecen danzantes, aves míticas, paisajes andinos y los rostros de su comunidad. Las hojas, símbolo de vida y conexión con la tierra, son el lienzo que él transforma con maestría, capturando la esencia de la Pacha Mama. Pero su arte no se limita a esto; también pinta y teje con cabuya, una fibra natural cuyo uso ha sido parte de la herencia de su familia durante generaciones.

El tejido de cabuya, en particular, tiene un lugar especial en el corazón de Heriberto. Este arte le fue transmitido por su madre, quien a su vez lo aprendió de su padre, tejiendo así una cadena de saberes que atraviesa décadas. Su infancia está impregnada de recuerdos de este material: su abuelo, con manos firmes y cariñosas, le ayudaba a arreglar sus cometas utilizando hilo de cabuya, un gesto sencillo que sembró en él un amor eterno por este recurso natural.

Heriberto no solo preserva las técnicas tradicionales, sino que también innova. Tras la pandemia, decidió diversificar su arte y expandir su oferta de cuadros con hojas a productos hechos con cabuya. Hoy, Ñawka es un espacio donde las tradiciones se fusionan con propuestas modernas, sin perder su esencia. Heriberto se encarga de todo el proceso, desde la selección de las fibras hasta su tintura, utilizando plantas como la chilca, que otorga colores intensos y vibrantes a sus creaciones.

La cabuya es mucho más que una fibra; es un símbolo de sostenibilidad y conexión con la naturaleza. Este material andino, biodegradable y resistente, ofrece innumerables beneficios. Al descomponerse, puede ser utilizado como alimento y abono, contribuyendo a una economía circular que no contamina el agua ni genera residuos dañinos. Heriberto resalta su versatilidad y su importancia cultural, mostrando cómo este recurso tradicional puede enfrentarse al avance de los materiales sintéticos y ser parte de un futuro más sostenible.

El arte de Heriberto también es un espejo de la riqueza cultural de Salasaka. Este pueblo, situado en la hoya de Patate, es conocido por su espíritu libre y su profunda conexión con la Pacha Mama. Los Salasaka son herederos de una tradición textil milenaria, Sus artesanías coloridas y llenas de vida, narran historias de paisajes andinos, vida cotidiana y la relación sagrada con la tierra.

Para Heriberto, cada pieza que crea es un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio de la resiliencia de su pueblo y un llamado a valorar lo auténtico. En Ñawka, los visitantes no solo encuentran arte, sino también una invitación a explorar las raíces profundas de una cultura que ha resistido el paso del tiempo con dignidad y creatividad.

Caminar por Ñawka es adentrarse en un mundo donde la naturaleza, el arte y la tradición se entrelazan en perfecta armonía. Es sentir la textura de la cabuya entre las manos, escuchar las historias que las hojas susurran en cada obra, y maravillarse ante la capacidad humana de transformar lo cotidiano en extraordinario. Es, en definitiva, un viaje al alma de Salasaka, guiado por un artista que ha hecho de su vida un tributo a su herencia y a la belleza de la tierra.

En Ñawka, la magia de Salasaka cobra vida, y el arte se convierte en un lenguaje universal que une generaciones y culturas. Ven, sumérgete en este mundo de colores, texturas y tradiciones. Aquí, cada detalle cuenta una historia, y cada obra es un testimonio de amor por lo eterno.

¡Vive Tungurahua!




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