La Laguna de Santa Rosa de Runtún
Leyenda la Laguna de Santa Rosa de Runtún
Partiendo de la parroquia Ulba en vía carrosable por la hacienda de Punzán hacia la cordillera, llegamos a la meseta de Runtún en cuyo centro se pueden apreciar los totorales de una laguna casi extinguida.
Los moradores del mencionado lugar refiriéndose a ella dicen: -En tiempos remotos cuando la caja ronca iba al cementerio hacía el aguacatal y se oía el balido del llamingo que volaba echando llamas por el hocico desde Bellavista hasta el Tablón, se reunían las brujas en tomo a la laguna las noches del 30 de agosto día de Santa Rosa de Lima.
Durante aquella noche la gente retomaba temprano a sus hogares antes del aparecimiento de los espíritus malignos que salían a espantar a los mortales y causarles mal aire.
Tanto se hablaba de brujas en aquellos tiempos que pocas ancianas se libraban de sospechas. Es decir, aquellas que asistían puntualmente a misa, cantaban en las procesiones y hacían rezar en los velorios.
En los caseríos de iiluchl, Ulba y Lllgua, abundaban esto: personajes de semblante escuálido, nariz puntiaguda y miradas torvas que causaban convulsiones y desmayos a quienes las miraban sin santiguarse.
Muchos aseguraban haberlas sorprendido bañándose desnudas al pie de la cascada del río Ulba o en la laguna de Santa Rosa. No sólo habían brujas viejas sino también jóvenes casadas que traicionaban a sus esposos para convivir con el maligno.
A este propósito refiere la leyenda que una de ellas hacia dormir a su marido para salir con el diablo que se presentaba como un joven muy atractivo.
Cuando el esposo tuvo conocimiento de las correrías de su mujer, perdió la tranquilidad y confianza. Dio en seguida y en observar detenidamente sus movimientos y actitudes Pero ella, muy astuta se daba manías para engañarle con falsas caricias y mimos que él no lo recibía con mucho agrado.
En cierta noche habiendo aparentado hallarse profundamente dormido, pudo percatarse que ella escurriéndose quedamente de la cama, tomó de un escondite algo que comenzó a sobarse en el
busto y las axilas al tenor de las invocaciones silenciosas;
De viga en viga, de villa en villa , de ciudad en ciudad, abre las alas para volar.
Luego abriendo sigilosamente la puerta desapareció. El esposo que todo había oído y presenciado salió tras ella, pero no pudo alcanzarla porque convertida en sobra tendió el vuelo.
Tepuesto de la impresión volvió a la alcoba con la infinidad de pensamientos. Como no pudiese dormir las horas siguientes, buscó el escondite hasta dar con el ungüento misterioso. Lo revisó con curiosidad ante la luz del candil hasta sentirse tentado a experimentar los efectos. Trataba de recordar las invocaciones y empezó a repetirlas mientas ejecutaba las frotaciones.
De ciudad en ciudad, de viga en viga.. De esta maner seguía equivocándose sin lograr reconstruir el resto.
Con todo, un secreto impulso le forzaba a levantarse. Salió al patio a repetir el conjuro y las fortaciones. A medida que repetía las frases iba elevándose, pero al no dar con el resto perdió el equilibrio y cayó pesadamente sobre un promontorio rocoso que le causó la muerte.
El acontecmiento causó comentarios e interpretaciones que cada quien lo hacía a su manera. De boca en boca circuló no sólo en el caserío Runtún sino entoda comarca hasta conertirse en leyena más de brujas y fantasmas.
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