Cantonización de Tosagua
En esa asamblea toma la decisión de iniciar el paro de todas sus actividades con cierre de vías, para alcanzar la tan anhelada cantonización de un pueblo lleno de mujeres y hombres valientes, lo cual se detalla a continuación.
3 de octubre de 1983
El domingo 3 de octubre de 1983, siendo las 18H00, el comité de paro integrado por: Dr. Silvio Jiménez Velásquez – Presidente, Ing. Freddy Zambrano Alvarado – Vice-Presidente, Druman Vélez Salvatierra – Secretario de Actas, Lcda. Piedad Iturralde de Hidalgo – Tesorera, Dr. José Pazmiño Salazar – Secretario de Prensa y Propaganda, Sr. José Pico – I. Coordinador, Señor Manuel Almeida – Coordinador de la Parroquia San José de Bachillero, Señor Mariano Santos – Coordinador de la Parroquia Ángel Pedro Giler. Y varios miembros pertenecientes al sidicato de Choferes y propietarios de vehículos de las cooperativas de transportes Tosagua e Inmaculada, entre otros, estuvieron sus unidades a disposición del pueblo de Tosagua para trasladar a cientos de personas a las barricadas y para los asuntos logísticos y emergentes.
Independientemente se nombraron otras comisiones: Abastecimiento y control de combustibles, alimentos, primeros auxilios y barricadas.
Este día domingo, desde las primeras horas Tosagua vivía momentos tensos de civismo, era la fecha clásica costumbre de la feria tradicional, donde la población se prepara abasteciéndose de los diferentes productos especialmente de víveres; el sector campesino toma sus precauciones, el intercambio comercial se acelera y la transportación agilita sus recorridos, son pocas las horas de libre acceso, el paro de actividades es impostergable.
La noche cae abrazada con el coraje de hombres y mujeres listos para la hazaña final, la legendaria ciudad de Tosagua; asiento un día de una tribu valiente, cuna de nombres y decididos montubios, prestaba orgullosa sus calles para que sirvan de escenario, a sus hijos para realizar tan grande acontecimiento.
Desde la casa parroquial se escuchó a las 18H00 del día 3 de Octubre, entonarse el Himno Nacional de la República, en aquel momento, un crujido se sintió en los corazones de los hijos del pueblo, la algarabía se escuchaba entre la oscuridad y el ruido de los automotores. Todos gritan, unos creen llevar la bandera entre sus brazos mientras máquinas y volquetas levantan los muros que se convertirían en las más históricas barricadas de independencia; asì en pocos minutos las vías se encontraban cerradas en los cuatro sitios de la red vial del corazón de Manabí: Km. 21, Bachillero, La Estancilla, Sector La Virgen Pitahaya. Las tradicionales Rancheras y Buses de los hijos del pueblo transportaban a agrandes masas de personas hasta los mismos sitios de las barricadas, todos pasando a ser parte de la historia.
El fervor cívico se había apoderado de los habitantes que se auto nominaban a cumplir funciones, así se luchaba con el corazón y coraje en las barricadas, con el machete y garrote en mano, por si alguien en la ocasión no los comprendiera; la única razón es arrancar las cadenas corroídas, por el quemeimportismo de otros hombres.
Aquí y allá estaban hombres y mujeres venciendo la dureza de la noche entre plagas y mosquitos, con el aromático humo de las quema de los neumáticos, única luz encendida entre las tinieblas de la noche, testigos imborrables de estos momentos líricos de tres mil y más rostros apostados en vigilia.
El Pueblo sin jefe ni audillo, donde sus líderes se confundieron con todo un público. Y el corazón deseoso de victoria, rebosaba de alegría; lo que todo inició con un grupo de hombres se convertía en la más sublime hazaña de todos los Tosaguenses.
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