Cuevas del Diablo
Un peñasco de aproximadamente 20 metros recibe a las personas que visitan el lugar y al acercarse usted puede observar el ingreso a tres cuevas, en el interior de la cueva más grande hay siete repartos totalmente oscuros y húmedos donde puede apreciar gran cantidad de murciélagos, y un fuerte olor a azufre, la altura de la entrada a la cueva más grande no pasa el metro razón por la cual hay que ingresar en cuclillas, el agua que sale es salada, de ahí la historia que si dinamitan el lugar para hacer estudios en el lugar aparecería un brazo de mar que acabaría con la población de todo el Cantón ya que la cuevas se encuentran en un lugar bastante alto.
Las rocas que conforma esta estructura son conglomerados de la costa, perforados por corrientes de agua, fenómeno común a las cavernas de la zona y presentes casi siempre en los fondos de quebradas de las cordilleras. Al llegar al lugar nos encontramos con cuatro enigmáticas entradas o bocas interconectadas unas con otras.
La segunda cueva se puede entrar caminando por que es bastante amplia pero no tiene salida a diferencia de la primera y la tercera cueva es una de las más enigmáticas ya que es un hueco sumamente angosto en la que entra de pie y debe regresar de la misma manera.
Está formado por cuevas comunicadas interiormente, en su interior varía de 0.50 a 1.50, siendo menor el ingreso; en general la altura decrece conforme se interna en ella.
Para visitar este lugar es indispensable llevar consigo, linternas, porque el lugar es sumamente oscuro, además, alcohol, y suero antiofídico.
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