Chuquiribamba
La parroquia Chuquiribamba, ubicada a 49,10 km de la capital provincial de Loja (sur andino), fue fundada el 27 de abril de 1911. Además el 13 de mayo del 2013 declararon Patrimonio Cultural del Estado Ecuatoriano.
Al noroeste de la ciudad de Loja, en las faldas del nudo de Sansigre y muy cerca del cerro Santa Bárbara, a una altura de 2.725 m. sobre el nivel del mar, se levanta el legendario y próspero pueblo de Chuquiribamba. Está unida por una carretera de tercer orden desde su cabecera provincial, a una distancia aproximada de 45 Km. Tiene una extensión de 198 Km2 y su temperatura promedio fluctúa entre los 12,5 oC.
Límites de la Parroquia:
- Limita al norte con la parroquia de Gualel
- Limita al sur, con la parroquia Chantaco y cantón Catamayo
- Limita al este, con la parroquia Santiago y Taquil
- Limita al oeste, con la parroquia Gualel y El Cisne
Barrios de la Parroquia:
Los barrios que componen la parroquia de Chuquiribamba son: Tesalia, Guayllas Grande, Saracápac, Casachir, Huiñacápac Oriental, Huiñacápac Occidental, Zañi, El Carmelo, El Calvario, Pordel, San Vicente, Miraflores, Simón Bolívar, La Dolorosa, Chaquircuña, La Unión, San José, Reina del Cisne y Calucay.
Producción de la Parroquia:
- Agrícola
- Ganadera
- Acuacultura
- Artesanal
Reseña Histórica
Antes de la llegada de los Incas, toda esta comarca estaba habitada por los Chucum-Bambas, grupo de indígenas dispersos, unos en el sector de Guayllas, (actualmente Tesalia), otros en la actual parroquia de Chantaco, y unos terceros por los alrededores del actual Chuquiribamba. Además existían grupos indígenas menores, ubicados en Saracapa, Huiñacapa, Casachir, Jalapa, entre otros.
Vivía en Chantaco un cacique de apellido Caraguay; en Chuquiribamba el cacique Sinche y en Guayllas el cacique Pinta. Siempre que tenían reuniones sociales, luego de disfrutar de las comida y las bebidas acostumbradas, la primera discusión era la de fundar el pueblo; pero cada uno quería que sea en su lugar y ninguno cedía. Pasó mucho tiempo, la disputa continuaba sin llegar a ningún acuerdo.
Cierta ocasión, en una reunión realizada en Chantaco, Caraguay propuso una alternativa, la misma que los demás creyeron bien acertada y que con ella finiquitarían el asunto. La propuesta consistía en realizar una caminata desde cualquier punto donde ellos residían, llevando consigo un gallo y que en su recorrido, en donde cante éste, sería el lugar elegido para la fundación del pueblo. Se dice que la propuesta fue aceptada, e inmediatamente señalaron el lugar, el día y la hora desde donde debía iniciar la caminata.
En la víspera del día concertado, llegaron desde diferentes puntos todos los caciques acompañados de sus esposas, hijos, colaboradores y amigos más cercanos. Llegado el día partieron al nuevo lugar y uno de ellos tomó entre sus manos un gallo y lo metió en su alforja, dejando al descubierto su cabeza y echó al hombro; y tras él le siguieron todos los invitados a este singular acontecimiento, desde Chantaco hacia el norte; más ocurre que cuando estaban cerca de la laguna de los Chuquiris, el gallo cantó una vez, a lo que todos sorprendidos, en completo silencio, se limitaron solamente a verse las caras; y el gallo como emocionado aleteando algunas veces y nuevamente cantó.
Como el compromiso era así, aunque el cacique de Guayllas poco le gustó, como tampoco al de Chantaco, por ser un lugar de clima frío; pero finalmente lo aceptaron, ya que según dicen, ellos eran gente muy seria y su palabra era Ley. Pasado el acontecimiento, se abrazaron, cantaron y danzaron muy alegres, luego cortaron un árbol de arrayán y colocaron un poste muy grande señalando el lugar donde posteriormente se levantaría el pueblo de Chuquiribamba.
Al noroeste de la ciudad de Loja, recostada en las faldas del Santa Bárbara, hermosa cumbre de nuestra Cordillera Occidental, se asienta la histórica y legendaria parroquia de Chuquiribamba (antigua Chucum-bamba), hermosa por las cumbres que cual diadema de granito la circunda, bella por el paisaje y el verdor de sus praderas; poética y risueña por el encanto de sus jardines y sus flores; orgullosa por la riqueza con que el Creador la ha regalado; próspera por el trabajo y el esfuerzo de sus hijos; gloriosa por la trayectoria de su fe y amor a Dios.
Chuquiribamba, nombre que según algunos intérpretes significa “llanura de Dios”, porque en el Palacio del Inca, en sus campiñas y en sus cumbres se aclamaba y adoraba al Padre Sol, y hoy es “Pueblo de Dios”, porque en el corazón de sus hijos, en sus calles y en sus templos, se aclama y adora al Cristo, Sol del mundo y Dios verdadero. Así mismo Chuquiribamba es, sin duda alguna, un precioso relicario de Fe, de amor a Dios, a la Santísima Virgen y a los Santos, una columna robusta y esbelta de la Iglesia Lojana. Así lo proclaman la historia y la cultura de sus hijos, las fiestas, tradiciones y costumbres de sus pobladores; los templos con sus riquezas, adornos y esculturas; el arte con su música, danzas y poesías. Todo canta, Chuquiribamba, “Llanura y Pueblo de Dios”.
Pero no creamos que la construcción de esta columna y relicario ha sido obra de poco tiempo ni de poco esfuerzo. Más de 300 años de vida parroquial, según los datos que cuentan los archivos eclesiásticos y más de una centena de sacerdotes, doctrineros y párrocos que se han sucedido a través de la Historia, han sido los héroes que con su esfuerzo, constancia y sacrificio han luchado las batallas de Dios, y han construido el edificio espiritual y cultural de la parroquia, para la provincia y para la Patria.
Tres periodos podríamos distinguir en la historia parroquial de Chuquiribamba:
- Primero: Chuquiribamba, doctrina franciscana de la Santa Provincia de Quito: 1694 a 1775
- Segundo: Chuquiribamba, parroquia del Obispado de Cuenca: 1775 a 1865
- Tercero: Chuquiribamba, parroquia del Obispado de Loja; 1865 hasta la presente fecha.
La Parroquia eclesiástica de Chuquiribamba aparece en los escenarios de la vida de la Iglesia, como Doctrina Franciscana, dependiente de la Provincia y Obispado de Quito, en el año de 1964. Son los beneméritos hijos de San Francisco de Asís los que, revestidos del espíritu misionero de su Santo Fundador, y desafiando las distancias, contrariedades y peligros, recorren sus campos e inician la evangelización de sus indios.
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