Embrutecimiento
El guayaco macho típico saca pecho de tirarse a sabido, levantador, y de ser campeón con su labia y “shabroshura”… pero en realidad el guayaco es sumamente cálido detrás de todo ese farfullo.
Cuando el guayaco/a es deslumbrado por la belleza de una persona, se dice que está embrutecido, engrupido, acojudado, o incluso emponzoñado.
El guayaco se sumerge de lleno a su relación, y cuando está sumamente enamorado, se dice que le movieron el piso, lo flecharon, o lo clavaron. Está “hasta las cachas”, como dicen en la sierra, o como el avestruz, porque está metidote de cabeza, o incluso perro, porque sigue a su pareja a todas partes.
Al hablar de una pareja metidota, sus amigos dirán en su ausencia: “Uuuuu, ya los perdimos”.
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