Biblioteca Municipal de Guayaquil
Durante los años de la colonia la existencia de libros en Guayaquil se limitaba a los pocos que podrían tener los religiosos y algún pudiente ciudadano; fue por eso que el Cabildo dispuso la compra de una “Recopilación de Indias”, una “Curia” y otros libros. Este episodio podría marcar lo que a la postre sería el inicio de una gran obra para la ciudad: La creación de una biblioteca.
A principios de 1862, época en que el Dr. Gabriel García Moreno hacía pesar su terrible acción renovadora y depuradora en todas las esferas de la nación, en Guayaquil se imponía la necesidad de crear una biblioteca pública para dar servicio cultural a la todos sus habitantes. Era Gobernador de la provincia don Vicente Piedrahita, y presidía el Concejo Cantonal don Pedro Carbo, cumbre del liberalismo y en consecuencia jefe de la oposición al gobierno.
Comprendiendo don Pedro Carbo esta necesidad guayaquileña, empeñó su influencia y logró que se fundara la Biblioteca Pública Municipal, que fue inaugurada el 24 de marzo de 1862 con la base de 100 libros que él mismo donó para tal objeto.
Inicialmente estuvo ubicada en la Casa del Cabildo, y su primer bibliotecario fue el Dr. Juan J. Plutarco Vera, quien, aunque el reglamento de la biblioteca le asignaba un sueldo de 40 pesos mensuales, la sirvió gratuitamente durante varios años.
Posteriormente fue impulsada eficazmente por destacados e ilustres guayaquileños como el Dr. Francisco Campos, Sixto Juan Bernal, Isaías Gómez Carbo, Miguel Valverde, el Dr. Alfredo Baquerizo Moreno, Manuel Marcos, Gabriel Urbina Jado y César Villavicencio. Por esos años, antes de fin de siglo la biblioteca había aumentado notablemente su fondo bibliográfica gracias a las donaciones hechas por don Federico Cornejo, el Dr. Luciano Jaramillo, el Dr. Gómez y las de don Pedro Carbo, don Juan B. Destruge y otros guayaquileños, quienes entregaron sus propias bibliotecas para tal motivo. Fue gracias a esas donaciones que -al iniciarse el siglo XX- cuando fue dirigida por don Camilo Andrade, ya los fondos sobrepasaban los 10.000 volúmenes.
En 1908, cuando por su vetustez la Casa del Cabildo iba ha ser incinerada, la Biblioteca Municipal fue trasladada al chalet del Dr. Darío Morla, en la calle Villamil 309
El 24 de septiembre de 1910, mediante decreto promulgado por el Congreso, durante el gobierno del Gral. Eloy Alfaro, se concedió a la Municipalidad el solar que anteriormente habían ocupado la iglesia y el convento de San Agustín, ubicado en la manzana comprendida actualmente por las calles 10 de Agosto, Pedro Carbo, Chile y Sucre; para que en él se construya el edificio que albergaría al Museo y la Biblioteca Municipal.
En 1914 y después de intensas gestiones ante las autoridades del gobierno y municipales, se lograron los fondos y condiciones necesarias para su edificación, y luego de la respectiva licitación y en base al diseño arquitectónico del arquitecto portugués Raúl María Pereira, en 1916 se inició la construcción de un hermoso edificio de estilo renacentista -fabricado en madera recubierta en malla metálica y enlucida con cemento- que fue inaugurado el 10 de agosto de ese mismo año, siendo su director el Sr. Camilo Destruge.
En los años siguientes y bajo la dirección del Sr. Carlos Matamoros Jara, primero, y del Sr. Modesto Chávez Franco, después, la Biblioteca continuó creciendo en el número de sus volúmenes y aumentando de manera sustancial sus lectores, lamentablemente, para 1935 el edificio empezó a mostrar fallas estructurales que pusieron en grave peligro tanto a las obras de la biblioteca como a las del museo, por lo que se empezó a buscar un nuevo local. Finalmente, en 1939 tanto el museo como la biblioteca debieron ser trasladados al 5to. piso del Palacio Municipal -construido por el arquitecto italiano Francesco Macaferri- donde permanecieron por muchos años.
Ante la necesidad de un nuevo local, prestantes guayaquileños crearon el Patronato de la Biblioteca que, bajo la presidencia del Sr. Juan José Plaza y con la cooperación del Sr. Genaro Cucalón Jiménez, que actuaba como tesorero, inició las gestiones para lograr los fondos necesarios para su construcción. Surgió entonces la espontánea generosidad guayaquileña: El ciudadano norteamericano Sr. Joseph Gorelik, propietario de Pepsi Cola, donó la cantidad de S/. 1’869.514,92; el Municipio contribuyó con S/. 1’192.500.oo, el Consejo Provincial con S/. 20.000.oo y otros donantes con S/. 83.452.40.
Fue así que el 30 de septiembre de 1952 y utilizando un diseño creado por el arquitecto Guillermo Cubillo Renella; el Ing. Miguel Salem Dibo inició la nueva construcción, que abrió sus puertas el 8 de octubre de 1958, cuando el Alcalde de la Ciudad, Lic. Luis Robles Plaza, inauguró el moderno edificio de la Biblioteca Municipal, en el lugar que hoy ocupa.
A partir de 1970, tanto el Museo como la Biblioteca Municipal cayeron en manos inescrupulosas que los depredaron casi completamente haciendo desaparecer sus mayores y más importantes reliquias, y sumiéndolas en un total abandono; pero a partir de 1992, año en que se inició la primera administración municipal del Ing. León Febres Cordero, tanto el Museo como la Biblioteca Municipal fueron rescatados del abandono y saqueo que habían sufrido durante más de treinta años debido a la incultura de sus administradores y la desidia de quienes ocuparon la alcaldía de la ciudad; y luego de ser reorganizados y modernizados -gracias a la labor realizada por su director el Arq. Melvin Hoyos, y la Dra. Ana Rodríguez de Gómez, Directora de Educación y Cultura de la M. I. Municipalidad de Guayaquil-, fueron abiertos al público, prestando en la actualidad un excelente servicio a la comunidad.
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