Crecer en Ecuador
25 señales de que creciste en Ecuador
- Ni bien salías del colegio alistabas unos centavitos para comprar limones o mangos con sal, cebichochos, espumilla, bonice… tal vez unas buenas salchipapas o quizás una chocobanana.
- Te parece de lo más normal que hasta el abuelo baile la macarena, el meneadito y la mayonesa hasta el amanecer en las fiestas familiares.
- Y tampoco te sorprende ver a tus tíos, tu papá, tus primos y tus amigos disfrazados de viudas, maquillados, con minis y un sostén prestado para hacer una buena recolecta para “el viejo”.
- Corriste unas cuantas veces en tu cumpleaños para salvarte de los correazos o de la mordida al pastel.
- Creciste escuchando historias que incluyen a alguno de los siguientes personajes: “la Tacona”, “la Caja Ronca”, “Mariangula”, “La Viuda del Tamarindo”, “La Dama Tapada”, “El Gallito de la Catedral”, “El Chuzalongo” o “Cantuña”.
- Sabes lo bien que se llevan los combos de Pilsener y los “jueves no te ahueves”.
- Si pasas tiempo fuera del país, te pones melancólico con el recuerdo de las bandas de pueblo. Y se te escapa una sonrisota con la imagen mental del trombón que es más grande que el músico que lo toca.
- Te sabes las canciones de Jaime Enrique Aymara, María de los Ángeles y Gerardo Morán por las horas que pasaste hecho sardina en el transporte público y reconoces la frase “en vida que me quieras, de muerto ya para qué”.
- Te enorgullece todo lo que tiene que ver con la naturaleza y la gastronomía ecuatoriana… incluyendo los agachaditos donde probaste la tripa mishqui o los bolones con queso.
- Entre tus recuerdos están Pasado y Confeso, Casos de la Vida Real, Soul Train, Mis Adorables Entenados, Dejémonos de Vainas, ¡Qué Familia!
- Al principio, por ser cabeza de pollo, te chumabas con solo oler los tragos.
- Y después, quieras o no, aprendiste a fuerza del Zhumir, el Pedrito Coco, el Norteño, las puntas, el Pájaro Azul, la caña manabita, el Trópico Seco (que va con todo), el Sinchicara…
- Tu mamá procuró peinarte hasta que quedes bien guapo para la jura a la bandera y eras feliz perdiendo clases en las horas de repaso del programa.
- Asocias las festividades con comida: una buena fanesca en semana santa, la colada morada con guagua de pan en el día de los difuntos…
- ¡¡Si hasta el carnaval incluye huevos y harina en ciertas regiones!! Y qué lindo que se pasa en el Carnaval de Guaranda…
- Juntabas sucres para comprarte una cometa o alguna golosina como el Manicho.
- Y se te hace agua la boca con pensar en el cacao, las melcochas, las colaciones o un buen helado de paila.
- Sabes perfectamente quién es el “Ruiseñor de América” y por lo menos puedes cantar “Nuestro Juramento” completita.
- Cuando sabes que debes irte del país ya sea por estudios o para ir a visitar a algún familiar, muchas veces llevas contigo una bandera, unos discos de música ecuatoriana (que incluyen los pasillos o pasacalles para la nostalgia), e incluso alguna artesanía que te recuerde a tu amada patria.
- Te enamoraste más del Ecuador después de estudiar su diversidad cultural e histórica con culturas como Valdivia, Chorrera, Machalilla, Huancavilca y Cerro Narrío.
- Por sobre todo, guardas mucho respeto hacia Atahualpa y Rumiñahui, y otros personajes como Eugenio Espejo, Eloy Alfaro y Manuela Cañizares.
- Cuando eras niño jugabas a la rayuela, al trompo y a las canicas. Además, tienes conocimiento sobre el palo encebado, los ensancados y… ¡el 40!
- Sabes quién es “El Loco” y su amor por la guatita.
- Y también sabes que Don Alfonso Espinoza de los Monteros es eterno, no por nada rompió un Record Guinness.
- Vas por el mundo demostrando cuánto amas a tu lindo Ecuador, y deseas regresar para ver a tu gente que siempre tiene una sonrisa para brindar.
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