Corpus Christi, danza en Pujilí

Corpus Christi en Pujilí se lo vive bailando

Ecuador tiene incontables tradiciones y expresiones culturales que deben ser descubiertas, una de ellas es la fiesta de Corpus Christi, que se realiza en el cantón Pujilí. La celebración fue declarada Patrimonio Intangible del Ecuador.

Participar en la festividad cultural es ser parte de una tradición que une las creencias ancestrales del Inti Raymi y aquellas de origen cristiano, convirtiéndose en la fiesta más importante de la localidad. El celebración inicia con una solemne ceremonia religiosa, oficiada por el Párroco y precedida por el Prioste elegido por la Municipalidad. Al salir del acto religioso, lo fieles admiran el baile y los elegantes trajes y movimientos de los danzantes que desfilan orgullosos por las calles de la ciudad.

La procesión está encabeza por la imagen del Santísimo, patrono de Pujilí, que es llevado en caravana desde el interior del templo hasta los alrededores del parque central, acompañado por danzantes y visitantes que arrojan el tradicional “chagrillo” hecho con retamas y pétalos de rosa. Se oye el retumbar de voladores, que anuncian el comienzo de una fiesta de amistad en el pueblo.

Don Alejandro, oriundo del la parroquia La Victoria cuenta que los Priostes son los encargados de la organización y financian junto con el Gobierno Autónomo Descentralizado quienes ponen cada detalle en la fiesta. Además, comenta que el Prioste lleva en sus manos el guión, insignia de priostazgo, que es un adorno de forma cilíndrica, de color plateado con dos metros de altura. El accesorio tiene en el extremo superior una medialuna enderezada con piedras, preciosas, conchas y pequeñas cruces; en el se resalta una cruz de mayor tamaño y cintas multicolores.

Desfile Folclórico de la Octava del Corpus Christi

El día máximo, se realiza el Desfile Folclórico de la Octava del Corpus Christi a la que asisten más de 70 comparsas, carros alegóricos y bandas de música nacionales e internacionales. El Danzante, personaje principal del corpus christi, sobresale entre toda la gente, quien danza alegremente y es acompañado por personas vestidos de blanco y negro, payasos, chinas, yumbos, mojigangas, caporales, oficiales y soldados; quienes visten sus mejores atuendos.

Las vestimentas del Danzante son prendas muy elaboradas y costosas, el traje se distribuye en dos partes: el cabezal y el cuerpo del danzante.

El cabezal tiene un armazón de madera revestido de tela espejo con elementos decorativos como monedas de oro y plata, perlas, botones, crucifijos, medallas, espejos y mullos que representan la riqueza del lugar y las bondades del sol y la luna. Además se observa plumas de cóndor que representan al dominio y libertad, de esta ave en los páramos andinos.

Cuerpo del danzante se compone de una camisa, faldón largo y calzones de encajes, también portan caretas, peluca de cabuya teñidos de color rojo, pañuelo de seda, guantes, tahalí, macana, pechera, delantal, yugo y cola elaborados con sedas de diferentes colores.

El traje muestra la habilidad de confección de su gente y representa el convivir serraniego, en la mano derecha lleva el alfanje que alegremente lo mueve al compás del resonar de los cascabeles que ciñen en sus rodillas y botines.

En la fiesta se reparten “dulces de corpus” entre ellos turrones, alfajores, roscas de dulce, mojicones, dulces de higos, manzana y membrillo, arroz de dulce, máchica trapoza (mezcla del dulce de panela, mapahuira y la máchica), jucho (dulce de capulí), y muchos más manjares tradicionales, que se realizaban en tiempos de la colonia.

Por la tarde la fiesta continúa con los famosos toros de pueblo, que presenta un verdadero teatro popular de jolgorio y alegría de los habitantes quienes recrean e imita a las grandes ferias taurinas españolas. En las partidas se admiran las ocurrencias de el Indio Florencio, Don Ruperto y el Cholito Chumado.

El día culmina con recorridos por la ciudad con gente amable que son guías y anfitriones de una mágica ciudad. Visita Pujili y conoce su cultura, costumbres y tradiciones, una experiencia indescriptible y única que se debe vivir cada año.