Rubén Boada S.J: pasión por servir a dios y fomentar el deporte
Rubén Boada, sacerdote jesuita evoca su vida y recuerdos que siempre estuvieron ligados a la entidad educativa donde aún trabaja, pues vivió a pocas cuadras en el barrio San Francisco.
Estudió en la escuela Juan Bernardo de León y terminó sus estudios primarios en la escuela 5 de Junio. “Los niños caminábamos a las escuelas y eso era lo habitual siendo el trayecto un tiempo de juegos y diversión” recuerda.
La ciudad que el sacerdote recuerda era pequeña, sus límites al norte la Cancha de Polo (actual sector del Parque Guayaquil) el sur hasta la plaza de la Dolorosa (actual barrio La Dolorosa) donde funcionaba además la cárcel por el oriente estaban los barrios Bellavista, la fábrica El Parado la escuela La Salle y 5 de Junio y el cuartel, por el occidente el cementerio de la ciudad.
“Lo demás eran propiedades de varias familias, quintas, pequeñas haciendas, llenas de bosques, las calles principales era empedrada y de tierra en su mayoría el polvo era parte del día a día de quienes habitábamos la ciudad”, rememora.
Sin embargo de ser una ciudad pequeña destaca Boada que tenía mucha trascendencia y estaba a nivel de Quito, Guayaquil o Cuenca, tuvo importancia en el servicio educativo por lo que mucha gente de la costa estudiaba en el internado del colegio San Felipe Neri. Señala que estuvieron en el colegio Carlos Arroyo del Río y Pedro Menéndez Gilbert.
La Riobamba que recuerda era conservadora, tenía además un peso político, antes del año 50, dos eventos marcaron el destino del país, el 28 de mayo de 1944 se registra la famosa rebelión conocida como la Gloriosa con Arroyo del Río y Riobamba la apoyó, estaba en la ciudad el jefe de Seguridad Nacional Manuel Carbo Paredes con su guarda espaldas un hombre negro de apellido Quiñonez quienes al final fueron arrestados y llevados desde el hotel Ecuador junto a la Estación de Ferrocarril al cuartel para su juzgamiento.
“Vinieron de los diferentes pueblos cercanos y las parroquias, el ejército apoyó a los carabineros que sostenían el régimen y el pueblo luchó contra eso y protesto ese apoyo, incluso incendiaron una vivienda ubicada en el sector de El Aljibe pues señalaron a su propietario como simpatizante de cuestionado régimen” indica Boada..
El otro suceso fue en el segundo velasquismo que fue polémico pues se redactaron dos constituciones previo al derrocamiento en Riobamba se cumple una contra revolución en contra del coronel Carlos Mancheno Cajas, riobambeño y Ministro de Defensa que a pesar de haber pedido apoyo a su hermano que era jefe del grupo de caballería de Riobamba no pudo salir victorioso esta revuelta terminó con una batalla en el Socavón en Ambato y posterior se afirmó el triunfo de los revolucionarios en ciudades como Guayaquil y Cuenca que permitieron asumir la presidencia a Mariano Suarez Vintimilla hasta entonces el vicepresidente de José María Velasco Ibarra.
El debate político se daba con la información de las pocas radios de la urbe y con las noticias de los periódicos El Universo y El Comercio que venían por el ferrocarril y llegaban a la tarde. Los niños estaban pendientes además de una publicación una revista chilena conocida como El Peneca un Semanario ilustrado para niños, que lo seguían con especial deferencia.
El padre Rubén Boada nace el 21 de marzo de 1936, sus padres fueron Luis Humberto Boada y Carmen Martínez, en 1947 ingresa como alumno al colegio San Felipe y luego pasó al colegio Ignacio de Loyola donde termina el bachillerato.
En agosto de 1953 ingresa al noviciado cumpliendo estudios de filosofía en la Universidad San Gregorio tuvo a maestros de la talla Aurelio Espinoza Polit, Eduardo Rubiani y Miguel Sánchez, se formó además en Bogotá Colombia y en 1965 se ordena como sacerdote, estudio en Universidad Gregoriana de Roma. Regreso al país al colegio Cristo Rey de Portoviejo y desde 1970 es parte de la historia educativa y deportiva del colegio San Felipe Neri.
Boada confirma la fiesta que representaba la llegada del ferrocarril donde llegaban las familias de la costa o viajaban los riobambeños a Quito y Guayaquil, la ciudad tenía pocas diversiones como la retreta en el parque Sucre que convocaba a mucha gente y las ruletas que se ubicaban en el mismo parque pero sólo en diciembre.
La década de los años 70 fue especial para el colegio y la ciudad, porque fue la época del desarrollo apoyado en la bonanza petrolera y la buena relación del designado alcalde de la dictadura Dr. Fernando Guerrero que tuvo buena relación con el presidente Guillermo Rodriguez Lara “Se estableció el alcantarillado que era necesario, se asfalto la ciudad, fue evidente la mejora de las carreteras que unían a Riobamba con Quito y Guayaquil” destaca Boada.
En el tema de la educación también existe un desarrollo pues se funda los colegios Edmundo Chiriboga y Fernando Daquilema y se consolida la extensión de la Universidad Central del Ecuador, que fue la base para la actual Universidad Nacional de Chimborazo (UNACH) al mismo tiempo se funda en 1972 la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH) con una oferta importante de formación en carreras de orden técnico.
El vicerrector del colegio también recuerda una etapa administrativa dura para el colegio en los años 80, para entonces se contaba con la presencia de 500 alumnos y no se podía pagar a los profesores por lo que se tuvo que hacer un préstamo el colegio Javier de Guayaquil. “Siempre las pensiones fueron bajas en el colegio por lo que se presentaban estos problemas por ello se busca la ayuda del gobierno y el establecimiento se hace fisco misional es decir se asignan algunas partidas de profesores pagados por el estado.
“En todo este apoyo mucho tuvo que ver el entonces vicepresidente Osvaldo Hurtado además ex alumno, que ayudó en esas gestiones, llevé el oficio al ministro de Educación Galo García Feroud que cumplió el pedido del mandatario, esas partidas permitió estabilizar al colegio”, indica Rubén Boada, En la década de los 80 se permitió la admisión de las mujeres como otra novedad, Claudia Valdiviezo fue la primera bachiller en graduarse rompiendo la tradición de un colegio masculino exclusivamente.
El deporte siempre estuvo en su vida, desde muy joven fue seleccionado de básquet y futbol en la escuela y colegio no dejo el deporte en su formación de sacerdote y jugó en Colombia e Italia pues entre los religiosos se organizaban torneos deportivos recuerda con nostalgia el haber sido seleccionado de la Universidad Roma y haber ganado un torneo en Europa.
Por todo ello el deporte en el colegio San Felipe tiene un antes y un después con la presencia de Rubén Boada, a su regreso a Riobamba asumió el tema de deportes y fue el impulsor, promotor y dirigente deportivo que estableció los torneos necesarios para que el deporte sea parte determinante en la formación de los alumnos san felipinos.
Los deportes que los estudiantes practicaban en ese entonces era el atletismo, básquet y futbol, sin embargo impulsó en el colegio torneos de ping pong y ajedrez así competencias de ciclismo se dieron bajo su organización.
Participó en las reuniones para estructurar la Federación Deportivo Estudiantil que eligió a Telesforo Pino, rector del colegio Maldonado como primer presidente, luego Boada estuvo al frente la entidad en dos períodos donde aumentó deportes como el volibol, tenis de mesa y el ciclismo a nivel intercolegial. “Participaban activamente los colegios San Felipe, Maldonado Cisneros, Juan de Velasco y Salesianos, no existían muchos colegios en Riobamba” rememora.
Lo dijeron:
“El padre Rubén Boada es un ejemplo para los jóvenes no sólo del colegio sino de la ciudad, por su completa dedicación a su trabajo como educador y por propiciar siempre el deporte como un espacio de crecimiento y aprendizaje, siempre estuvo preocupado por el crecimiento del deporte de Chimborazo”, Edgar Espinoza, docente Unidad Educativa San Felipe Neri.
“Tuve el privilegio de haber sido su alumno y ahora como docente del colegio seguir aprendiendo del Padre Rubén Boada, un autoridad con liderazgo y un apasionado del deporte con quien siempre es grato conversar, el colegio le debe mucho pues su presencia fue determinante en el plano académico y deportivo”, Mauricio Martínez, docente y ex alumno de la Unidad Educativa San Felipe Neri.
Las anécdotas:
- Considera que fue importante tener en el colegio profesores destacados en línea de matemáticas, a pesar de no ser su campo y siente orgullo de saber que las últimas promociones de estudiantes siempre han estado en el Grupo de Alto Rendimiento.
- De basta formación en el tema de la filosofía y lógica, de los diferentes campos de las ciencias sociales siempre fue requerido por otros colegios para dar clases es así que estuvo en los colegios femeninos: San Vicente de Paul, María Auxiliadora y Santa Marina de Jesús.
- Le gusta mucho jugar a la baraja, lo hacían regularmente en la comunidad como parte de la distracción muy bueno para completar el solitario o jugar rumi y canasta según reconocen algunos compañeros sacerdotes
- Administró por muchos años el bar del colegio con precios justos y buenos productos, la mínima ganancia siempre servía para suplir requerimientos de los seleccionados en sus diferentes participaciones.
- La cancha del colegio San Felipe era la oficial para los juegos intercolegiales antes de que exista el coliseo Teodoro Gallegos Borja, incluso se construyó unas graderías de madera para la afición que cada jornada iba en aumento, los partidos eran en la noche lunes, miércoles y viernes y llegaba la banda municipal a animar a los presentes.
- Hubo luego tal expectativa por los juegos que se vendía toda la taquillas existente y las finales intercolegiales se jugaban con los graderíos llenos, en el tema del futbol se firmó un convenio con el Olmedo para que los juegos de loe estudiantes sean el preliminar de
- los partidos del ídolo de Riobamba equipo del cual el padre Rubén Boada es hincha confeso.
- Le gusta la música de Julio Jaramillo y nacional, un lector consumado que hoy ha dejado un poco esta pasión por problemas de la vista su presencia se siente en los callejones del establecimiento jesuita.
- Propició que se establezca ASIA San Felipe, la organización que agrupa a los ex alumnos del centenario colegio que con una amplia agenda de actividades y gestiones quieren devolver algo de lo que el colegio le entregó en su formación académica y espiritual.
Fuente: La Riobambeñidad
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