Finca Castillo de Altura

Una experiencia diferente al momento de convivir con la naturaleza. Muy cerca del Chimborazo vivirás momentos sorprendentes.

¿Qué debes saber?

  • Ubicados en la entrada de la parroquia San Juan de Riobamba, en el barrio San Francisco, como referencia, antes del estadio de San Juan a mano derecha, se puede visualizar el letrero de la finca.
  • Costo de parqueo de casas rodantes: 20 dólares americanos.
  • El servicio implica: de internet, huerta orgánica, leche, ducha caliente, lavandería, horno de leña, bbq, servicio de carpas, bicicletas.
  • En Facebook e Instagram se los puede encontrar como: Castillo de Altura 
  • Es un trabajo familiar. 

Un lugar para la aventura, cerca al Chimborazo

Juan Elías Castillo Junior de 30 años, de la ciudad de Riobamba, estudiante de jurisprudencia se enamoró de la naturaleza de San Juan y decidió emprender con la finca Castillo de Altura, que tiene más de 50 años en la familia y está ubicada en la Parroquia de San Juan.

Empezó hace más de dos años, pues se encontró con dos ciclistas viajeros en la carretera, que necesitaban información y un lugar para acampar. Esto dio paso para que Juan los invité a su finca.

Los ciclistas se quedaron una semana y ellos le propusieron que sea parte de esta red internacional prestadora de servicios para casas rodantes. 

A partir de esto se generarón comodidades para el turista, como: zona de camping, parqueadero, internet, agua caliente, seguridad, electricidad, zona bbq, horno de leña, huerto orgánico, experiencias de técnicas vivenciales de agricultura y ganadería, junto a experiencias ecuestres. 

En estos dos años han llegado unas 200 casas rodantes a Finca Castillo de Altura. En un muro del comedor, se exhiben las fotografías de cada familia que ha llegado a la finca, al tratarse de una red, todos se conocen y los nuevos visitantes reconocen a sus amigos que ya han pasado por el lugar. 

En su mayoría son personas europeas, que traen sus casas rodantes en conteiners y empiezan su travesía desde Alaska a Ushuaia, en donde viajan por todo el continente americano. En su mayoría son personas ya jubiladas y familias de aventureros.

Su finca es muy importante para el turismo pues el propósito es que el extranjero pueda convivir con los ecuatorianos la experiencia de la naturaleza, los lugares por visitar son importantes, pero lo que enamora al turista es la vivencia con las personas, las conversaciones de anécdotas e historias.

Uno de sus mejores recuerdos es el día que se creó el mural, lo hicieron los canadienses diseñadores llamados Candice y Jordan, que fueron parte de las películas Transilvania y Madagascar.

Llegaron en carnaval de 2019, y en una conversación le contaron a Juan, que su sueño es viajar haciendo lo que les gusta, es decir dibujando. Juan les dijo: "entonces te entrego esta pared y hagan lo que deseen".

Ellos sacaron un cajón de pinturas y empezaron a crear el bello mural que ahora los turistas disfrutan en su estadía. Juan quiso pagarles por el trabajo y ellos no lo aceptaron. 

Su padre es un ícono de reconocimiento a nivel internacional, por sus historias y por qué ya es un personaje de la finca.

Algo que le llena es el ver su logo viajando por varias ciudades y pueblos, ya que en el mundo de las casas rodantes tienen una tradición que al lugar a donde vayas y a donde llegas se debe colocar un sticker en la casa así los otros turistas ya saben en donde ya estuviste. 




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