Historia de la Construcción del Puente Negro
¿Qué debes saber?
Puente Negro, conocido así por la pintura colocada en su estructura para que o se oxide fácilmente. Mide 107,70 m. Sus bases fueron construidas por don Carlos Cattani, por el precio de cinco mil sucres.
La construcción del ferrocarril Trasandino está enmarcada por hechos de gran trascendencia para la historia de nuestra patria, en particular para los pueblos por donde pasó esta majestuosa obra y que significaron su vida misma. Largo sería enumerar las formidables obras de ingeniería realizadas por estos intrépidos obreros que jamás se amilanaron con los pasos insalvables que en su camino iban encontrando.
El mismo hecho de haber escogido como ruta del río Chanchán para salvar los Andes, obligó a la construcción de una treintena de puentes en todo el recorrido de este río. Mientras se estuvo en el subtrópico la construcción de puentes si bien demandaban arduas jornadas de trabajo, jamás se imaginaron lo que debían encontrar una vez que estuvieran en plena región Interandina.
Para el año de 1.901, se hallaba en plena construcción el sector conocido como Nariz del Diablo, obra que demandó muchísimas vidas y su desfinanciamiento. Para septiembre de 1.902, concretamente el día 8, el tren hacía su arribo a Alausí en medio de la expectativa ciudadana pues un sector estaba a favor y otros en contra de la obra por considerarla que con el llegaría “el diablo” pues había sido realizada por herejes y era una amenaza para la religión católica, la cual debían defenderla. Previamente los constructores habían instalado sus campamentos en las afueras de la ciudad para no enfrentar a una parte de la población que se oponía a la obra.
Hacía el norte de la ciudad de Alausí, y en la ruta que debía seguir el ferrocarril se interpone una profunda quebrada llamada Aypán, fue el sitio donde el español Sebastián de Benalcázar se detuvo en su avance hacía el Reino de Quito ante las fuerzas de Rumiñahui que había escogido este lugar como estratégico para impedir el avance de los invasores españoles.
Tratar de salvar esta profunda hendidura se constituyó en un verdadero reto. El encargado de realizar las obras de mampostería, don Carlos Cattani Squiari, un inmigrante de nacionalidad italiana que como muchos debieron cruzar el Atlántico en busca de aventuras y desde luego, les sonría la fortuna. Cargado de un bagaje de experiencias se comprometió a realizar esta obra, la primera que se construía fuera del margen del río Chanchán. Alausí, se encuentra a 2.347 metros sobre el nivel del mar.
Felizmente, cerca de Alausí, hay una mina de piedra viva conocida como Chiripungo. Desde este lugar se extrajo el material suficiente para construir las sólidas bases de este puente que se constituiría en uno de los más largos de toda la línea férrea ( 107,70m ) superado únicamente por el puente de Shucos con 117 metros de longitud. Construido los cimientos, los ingenieros edificaron torres de hierro en forma de cruz, semejante a la construcción de la Torre Eiffel, únicamente unidas por medio de remaches. Una vez que concluyeron y para evitar la corrosión le pintaron de color negro, circunstancia esta que derivó su nombre: “Puente Negro”
Cuando el contratista concluyó los trabajos de mampostería le exigieron que certificara la solidez y garantía del trabajo realizado. Les manifestó que: atraviese un convoy completamente cargado y que personalmente junto a su cuadrilla se colocarían en la parte inferior del puente. Se dice que el monto total de la obra fue de cinco mil sucres, dinero que fuera invertido por don Carlos en la compra de un extenso predio llamado Bajanag y hacia donde había comenzado a extenderse la ciudad.
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