El Brujo

Doña Blanca León empezó a vender comida con su esposo hace cuarenta y dos años. Ella se encargaba de preparar los platos y su esposo atendía a los clientes. El local fue bautizado con el nombre de “El Brujo”.

Su interés por poner un local nació porque su mamá vendía comida en Gualaceo y ella también quería tener su propio restaurante. Sin embargo, señala que los platos que preparaba su mama eran distintos, por lo que sus recetas son todas creadas por ella. El local empezó en la calle Gran Colombia y Manuel Vega, y fue en los primeros meses del año 2013 que abandonaron ese primer local, para ubicarse en el actual local que es más amplio.

El local fue bautizado con el nombre de “El Brujo”, porque su esposo había sido anteriormente chofer y sus compañeros del gremio lo llamaban así.

Desde el inicio vendían secos de chivo, pero la venta era tan buena que se terminaba inmediatamente: los clientes le reclamaban que por qué hacía tan poco, y ese rato se ponía a preparar de nuevo. De esa forma el negocio fue creciendo rápidamente gracias a su clientela que aumentaba. Sus primeros clientes eran los estudiantes de medicina que ahora son ya doctores y le dicen mamita, con mucho cariño. Las antiguas rocolas que están desde el inicio del local se han convertido en una pieza representativa del restaurante, pues a sus clientes les encanta escoger temas musicales clásicos de la rocola. Ahora el local recibe a más de 300 clientes por día.  Doña Blanca se sorprende del gusto con el que sus clientes disfrutan de su plato: “dicen que la comida les gusta, comen con tanto gusto, saboreando con tanto gusto, que hasta yo mismo me admiro, les gusta el seco”.

La gente le pide que de dos pancitos para comerse con el juguito que queda en el plato. Los platos que se venden en este local se elaboran a partir de ingredientes que se compran en los mercados de la ciudad (mercado 10 de Agosto, mercado mayorista El Arenal, mercado 12 de Abril). Las recetas no han cambiado. Por el contrario, tiene que estar pendiente que en la cocina sigan tal cual su sazón. Doña Blanquita dice que el secreto de un rico seco de chivo está en poner mucho perejil y culantro. También cuenta que usa todo natural, sin ningún saborizante artificial que tenga que forzar el sabor. A pesar de que su plato más vendido es el seco de chivo, también vende almuerzos, secos de pollo y arroz con menestra. La bebida que más toman los clientes es el agua de frescos, que es el agua de horchata elaborada a base de plantas de monte

Visite Azuay

  • Dirección: Manuel Vega entre Gran Colombia y Simón Bolívar, a media cuadra de la iglesia de San Blas
  • Atención: lunes a domingo, de 07h00 a 21h00 



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