Museo del Chocolate Huachi

Descubre el corazón del chocolate en Huachi Chico. Entre tradición y arte, una taza espumosa de chocolate, te invita a conectar con la historia y la magia de este rincón único

¿Qué debes saber?

  • Museo del Chocolate, está ubicado en Falquez Ampuero y Celiano Monge cerca a la Iglesia de Huachi Chico. Parroquia Huachi Chico. Cantón Ambato. Provincia de Tungurahua.
  • Abrió sus puertas en el 2023. En el Museo el turista puede no solo aprender sobre la historia del chocolate de Huachi, sino también puede degustar una deliciosa taza de chocolate caliente preparada con la tableta de chocolate Huachi y se la puede acompañar de humitas o del famoso pan de Pinllo. También se encuentra variedad de bombones, chupetes y más productos derivados del chocolate. Adicionalmente, ofrecen visitas vivenciales para grupos que son tours guiados sobre el proceso de elaboración del chocolate.
  • La entrada al Museo es de $ 1.00 por persona. El costo para las visitas vivenciales va desde los $ 5 a los $ 10 dólares por persona. En cuanto a los derivados del chocolate, hay bombones desde $ 0.35 hasta la libra de chocolate que cuesta $ 10 dólares.
  • El horario de atención es sábados y domingos de 10h00 a 18h00. De lunes a viernes, se apertura para grupos a partir de 10 personas y previa reservación.
  • El museo es uno de los geoamigos, el pujante grupo de emprendimientos turísticos que pueblan al Geoparque Volcán Tungurahua.

Museo del Chocolate Huachi: El alma de Huachi en una taza de chocolate

En las colinas andinas de Huachi Chico, entre calles tranquilas y el eco de tradiciones centenarias, emerge un rincón mágico donde el aroma del cacao despierta recuerdos y corazones: el Museo del Chocolate Huachi. En este espacio, inaugurado en 2023, el chocolate no es solo un alimento, sino un legado vivo, un puente entre generaciones y una dulce caricia para el alma.

Este museo no solo invita a aprender sobre el arte del chocolate, sino a sentirlo. Cada taza de chocolate caliente, elaborada con las tradicionales tabletas de chocolate, es una sinfonía de sabores: leche, canela, anís y azúcar que, con la espuma perfecta, te abrazan como los brazos cálidos de una abuela. Si se acompaña con el pan de Pinllo o una humita recién hecha, la experiencia se convierte en pura poesía.

Pero el chocolate en Huachi no es un simple producto; es un reflejo del espíritu de su gente. Desde 1880, estas tierras han sido testigos del amor con que se trabaja el cacao. Los bisabuelos tostaban los granos mientras los niños ayudaban con risas inocentes, aprendiendo de sus mayores los secretos que hoy se resguardan en este museo. Es un linaje de cinco generaciones que moldearon con sus manos las primeras tabletas, movidos por la algarabía de transformar el cacao en alegría palpable.

En las entrañas del museo, los visitantes pueden recorrer un tiempo que parece detenido: balanzas antiguas, molinos de hierro y retratos que cuentan historias de familias cuya vida giraba alrededor del cacao. En cada esquina resuena el eco de una herencia que ha convertido al chocolate de Huachi en un símbolo de identidad.

La Asociación Artesanal La Chocolatera Ambateña, formada por 15 visionarios productores, es el corazón detrás de esta iniciativa. Su misión ha sido preservar el arte ancestral del chocolate, conservando el proceso artesanal que da a sus tabletas un sabor único. Cada grano es escogido a mano con paciencia y amor, procesado con técnicas tradicionales y transformado en barras que llevan consigo el alma de su tierra.

Silvia López, una de las guardianas de este legado, sueña con que Huachi Chico y Ambato sean reconocidos como un patrimonio cultural y gastronómico. Para ella, el chocolate no es solo un producto, sino una forma de vida y por tanto es indispensable darlo a conocer a las nuevas generaciones.

El Museo del Chocolate Huachi no es solo un homenaje al pasado, sino un faro para el futuro. Las generaciones jóvenes, que recorren sus salas, descubren que el chocolate es mucho más que un manjar: es un vehículo de memoria, unión y esperanza. Cada máquina antigua y cada tableta cuidadosamente elaborada cuentan historias que inspiran a soñar. Al observar el delicado proceso artesanal, los visitantes comprenden que el chocolate no solo alimenta el cuerpo, sino también el espíritu. Es un arte que une a las familias, un legado que habla de trabajo duro, creatividad y la pasión por preservar lo auténtico.

Para los jóvenes que han crecido entre la inmediatez de la modernidad, el museo es un recordatorio del valor de lo hecho a mano, de la paciencia que requiere seleccionar cada grano, del amor que se necesita para transformar algo tan sencillo como el cacao en una experiencia única. Es una invitación a mirar al pasado como fuente de inspiración para construir un futuro donde las tradiciones no se pierdan, sino que evolucionen, honrando siempre sus raíces. Es la historia de cómo una comunidad ha hecho del cacao su orgullo, transformándolo en arte y emoción, y de cómo ese arte sigue inspirando a nuevas generaciones a mantener viva la chispa del chocolate, que late con fuerza en el corazón de Huachi Chico. Ven y visítanos.

¡Vive Tungurahua!




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