Hamburguesa Five Food
Hasta la calle llegan las tonadas nostálgicas de clásicos- de los 70, 80, 90- llamando a quienes pasan a dar un vistazo, entrar y quedarse. Y si el escuchar no es suficiente, una pantalla sobre la que se proyectan videos musicales de lo que suena por los parlantes, terminará convenciendo a cualquier indeciso.
Al punto que la franquicia una radio en línea gratuita como parte de su concepto. Porque más que comida y bebidas se trata de ofrecer una experiencia- que llegue a todos los sentidos- a quien los visite.
Suena Metallica, suena Guns n’ Roses, luego un par de temas de Kiss. La música es un constante en el ambiente y en las paredes (y la vitrina) de la sucursal de Five Food de San Rafael. Lo mismo ocurre en el resto de locales ubicados en diferentes puntos de Quito. Entre las notas de una década y otra llega el menú a la mesa.
Las hamburguesas ocupan las primeras páginas de la carta y como todos los demás platillos del lugar tienen un sello de calidad, que reza “Premium Quality”. Para lograr esta característica sacrificaron 4 años de utilidades cuenta Paúl Barrionuevo, creador de la franquicia. Esto sin subir los costos de sus productos, manteniendo los precios estándar.
El negocio empezó hace 7 años en el sur de Quito y en solo en 1 año y medio se abrieron cinco nuevas sucursales. De hecho, la semana previa a la visita, el local de San Rafael celebró su primer aniversario. Desde que ingresaron al mercado lo hicieron con una directriz clara de lo que querían ofertar como producto, resalta Barrionuevo.
El creador de Five Food, aunque no es chef de profesión, aprendió a cocinar desde muy pequeño y fue el encargo de diseñar las recetas y el menú. Lo hizo con equilibrio, con la ayuda de su madre y después de probar un sinnúmero de hamburguesas. Entre dos y tres meses les tomaba analizar cada plato, para poder sacarlo finalmente en la carta.
En esta constan siete tipos diferentes de hamburguesas, sencillas, y que se diferencian una de la otra, por dos o tres ingredientes que se suman o quitan. Hay desde simples, que no llevan más que la carne y los vegetales o la denominada Five, que incluye queso cheddar; hasta especialidades, como la Mexicana o la Hawaina, con guacamole y jalapeños, y piña al grill respectivamente.
Se ofertan también otras variedades que se distinguen por la adición de un ingrediente estrella (adicional a la carne). La American Five destaca por las cebollas caramelizadas y la Americana Premium por el tocino preparado al grill. Estas dos últimas fueron las elegidas para la degustación.
Suena I want to break free, suena Beat it y llegan las hamburguesas después de una espera corta, acompañada de clásicos del rock y del pop estadounidense. La carne se siente sin mucho esfuerzo, en el primer bocado, señalan los chefs Pablo Cruz y Alfredo Salazar. Aunque prima el sabor particular de la carne, se percibe sin que resulte invasivo, algunos condimentos adicionales: tomillo y pimiento, quizás.
La carne brilla entre las guarniciones y el pan, por su gramaje- 120 gramos- y por la grasa que se agrega al momento de molerla. La grasa se traduce en gusto, en sabor, en jugosidad. Durante la degustación Alfredo recuerda que George Motz, el conductor de ‘Burger Land’ entrevistó a un señor que trabajó por 60 años haciendo hamburguesas. Este dijo que el secreto es trabajar con un porcentaje de entre 16 y 18% de grasa.
Suenan baladas de los 60, de los 70 y finaliza la degustación. Los comentarios finales son para las cebollas caramelizadas, que fueron un acierto y para las papas fritas, a las que les faltó crocantez. El conjunto en sí, se hubiera potenciado, con una opción diferente de pan, dictaminan por último los expertos.
Si quieres probar más hamburguesas quiteñas, o tomarte una buena cerveza artesanal quiteña, recuerda que Quito tiene varias rutas gastronómicas para que elijas!
El sacrificio al momento de emprender
Paul Barrionuevo, tiene 34 años, es quiteño. Estudio Ing. De sonido, tiene una agencia de diseño y además tiene su emprendimiento gastronómico: Five Food. Nació en el sur de Quito hace 10 años, que mezcla sus dos pasiones, la música y la gastronomía.
Este emprendimiento se dio porque llegó un momento complicado, económicamente, de la familia, así que, dado que sabía cocinar y tenía las condiciones, se arriesgó y de ahí una década después triunfa con su negocio.
Para Paul la gastronomía es un vínculo que puede generar mucha felicidad. Tiene gratos recuerdos asociados a los olores y sabores de la comida, sobretodo ecuatoriana.
Además sus tíos le llevaban constantemente a degustar platos, su madre también cocinaba delicioso, su abuelita tenía un restaurante. Fue natural para él crear platos, porque tiene mucha creatividad y el paladar heredado.
El gusto por cocinar es evidente, no hay mayor pasión para él que la gastronomía y la música, así lo demuestra. Además, considera que la gastronomía ecuatoriana tiene muchísimo potencial, aunque no sea tan reconocida internacionalmente.
En el Ecuador cada región tiene sus platos que son peculiares y únicos, y puede ser una carta de presentación y enganche muy grande. Además generan empleo y mueven mucho comercio.
Five food ya tiene 5 locales, más de 60 empleados y mucha pasión por delante, porque están innovando constantemente.
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