Historia de la Parroquia Guayaquil de Alpachaca

Reseña Histórica de la Parroquia Guayaquil de Alpachaca de la ciudad de Ibarra

Cada 16 de Febrero se conmemora la parroquialización de la Parroquia Guayaquil de Alpachaca

Hablar de esta progresista Parroquia, ubicada en el sector occidental de la Ciudad Blanca, conlelva hacer reminiscencia sobre determinados personajes que, como dirigentes barriales, protagonizaron hechos, anécdotas y circunstancias dignas de relievarse.

A inicios de la década de los años 60’s, la familia Aguirre Vásconez, en su calidad de propietarios de la Hacienda de Azaya, deciden vender, sin contar con una planificación urbanística alguna, sin siquiera tener un plan de lotización aprobado por el I. Municipio y, por ende, careciendo de los elementos servicios básicos de infraestructura. A partir de aquellos años es cuendo se produce un éxodo masivo, proveniente de todas las latitudes, especialmente de gente carchense que emigra a estas lomas de paisaje agriete constituido básicamente por vegetación nativa: chámanos, pencos, mosqueras, florecillas multicolres, ilusiones silvestres, entre otras. Las personas acicateadas por la imperiosa necesidad de contar con techo propio, se ponen a construir, de inmediato sus viviendas, hechas en forma rudimentaria, de tapaia y teja, durante los 365 días del año, madrugando a las 4 o 5 de la mañana hasta la puesta del sol.

Sus pobladores más representativos, embuidos por el amor a su tierra, animados por el altruismo y patriotismo acendrados, y preocupados pro el destino de este sector, por unanimidad deciden constituirse en COMUNA para luchar por sus reivindicaciones sociales, desde entonces, año tras año, se conforman Directivas integradas por prestantes ciudadanos quienes denotadamente, al unísono, sueñan, luchan y avanzan por el sendero rectilíneo del adelanto y progreso comunitario. Con la finalidad de conseguir mejoras se conformó la primera Directiva de la Comuna presidida por el señor José Ignacio González, más tarde, por el señor José Amable Cotacachi; y, por el señor Gerardo Padilla, entre otros.




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