Mirador Nariz del Diablo
El Mirador Nariz del Diablo, ubicado en Tolte, una comunidad indígena de la parroquia Pistishí, situada aproximadamente a 30 minutos del cantón Alausí en la provincia de Chimborazo en el centro andino ecuatoriano., ofrece naturaleza, aventura, gastronomía y un encuentro con la historia relacionada con la construcción del ferrocarril ecuatoriano.
Alrededor de 250 emprendimientos en Ecuador ofertan los servicios de Turismo Comunitario, según datos del ministerio del ramo, y de ellos apenas 20 se encuentran legalmente registrados.
Explora el mirador Nariz del Diablo desde Riobamba
- Uno de los atractivos referentes de la provincia y del país durante muchos años fue la afamada ruta ferroviaria Nariz del Diablo, un lugar único en el mundo por la dificultad de la construcción. Se encuentra a y 2 horas y treinta minutos de la ciudad de Riobamba.
- Tras la paralización de actividades del sistema ferroviario, varios emprendimientos han innovado sus actividades a fin de aprovechar los recursos naturales que rodean al cantón Alausi; actualmente entre leyendas, paisajes andinos y practicas cotidianas de los comuneros se oferta caminatas por un sendero interpretativo, un mirador natural y los servicios de alimentación. La parroquia Pistishí a 20 minutos de Alausí.
Alausí, la cuna del emprendimiento
Este emprendimiento turístico beneficia a 83 familias de la localidad. En 2015, el presupuesto participativo en Tolte se destinó netamente para turismo.
Un 2% se asigna a la comunidad y se reinvierte en el mejoramiento de servicios, mantenimiento de senderos, adquisición de equipos.
Los turistas nacionales y extranjeros que visitan el lugar, además de contribuir con la economía de la comunidad, tienen la posibilidad de observar la ruta del tren, la unión de los ríos y las montañas, ya que el sitio se ubica estratégicamente en el corazón de la comunidad.
En el mirador, al que se llega tras un recorrido de muchas gradas, hay una cabaña con información sobre la historia de la zona y en particular de la construcción del tren de Alfaro, conocido así porque fue construido en la presidencia del general Eloy Alfaro Delgado.
Ángel Santián, guía local, comentó a Andes que esa ruta era la que se utilizaban para bajar los productos cuando el tren hacia su parada para el intercambio de productos entre la Costa y la Sierra.
Actualmente esta ruta es turística, donde los visitantes pueden disfrutar de una privilegiada vista de la difícil y empinada subida del tren, así como de sus paisajes.
Santián recuerda que antes de llamarse Mirador del Diablo el sitio fue conocido por sus ancestros como Cóndor Muñuna, que significa Dormitorio del Cóndor, ya que antes en ese lugar, según cuenta, se avistaban muchas de estas majestuosas aves, las que habrían desaparecido por el ruido generado por el proceso de construcción del ferrocarril, que incluía fuertes explosiones con dinamita.
Al momento existen 17 guías nativos certificados que brindan las seguridades a los visitantes, quienes en una aventura de cuatro horas pueden realizar una diversidad de actividades como: ciclismo, cabalgatas, recolección de frutas, paseo por los senderos, pesca de truchas, elaboración de trapiche y visita al Mirador del Diablo.
La realización de todas las actividades tiene un costo de 25 dólares por pasajero, pero el paquete completo solo se lo realiza si son más de 4 pasajeros, de lo contrario podrán realizar solo algunas de las actividades para poder cubrir los costos de operación.
Además, el turista puede saborear la deliciosa gastronomía de la zona, donde se ofrecen platos típicos como choclo con queso, habas con queso, por un valor de 2,50 dólares. También se ofertan platos fuertes como cuy y pollo por un costo desde 7 a 10 dólares, señaló Tania Doblas, administradora del comedor.
La mujer dijo que también se ofrece una danza de recibimiento y un paseo por la granja, donde pueden apreciar animales como cuyes, llamas, ganado vacuno y conejos.
Doblas indicó que para brindar un servicio de calidad los emprendedores se capacitan constantemente en el manejo de alimentos, elaboración de pan, postres, comida rápida, montaje de platos y primeros auxilios. Estas enseñanzas son auspiciadas por la Cruz Roja Ecuatoriana, Ministerio de Turismo, entre otras instituciones.
En la actualidad, el turismo comunitario es una oportunidad de desarrollo para pueblos rurales ubicados en zonas de alto potencial turístico, evitando la migración hacia las ciudades grandes, puntualizó.
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