La casa del Cóndor de piedra
¿Qué debes saber?
-
Parque de las Esculturas Gigantes de los Cañaris
- Comparado con las pirámides de Egipto, la ciudad de piedra de Machu Picchu, y otras más de las siete maravillas reconocidas del mundo, las caras precolombinas de piedra gigantes de Huasipamba, con su novedoso arte desafiante de la dinámica, y el milenario conocimiento ancestral de la mecánica y astronomía, deben sumarse y constituirse ahora entre las diez maravillas y legado de la humanidad”
Las Caras de Huasipamba
Quizás esta piedra sea la más espectacular del Complejo Arqueológico de Huasipamba, la denominada “Piedra Movedora”, que solamente con un dedo se la puede mover, el viento hace que se mueva, es la cabeza de la serpiente sagrada de los Cañaris, la progenitora de la raza y una de sus deidades. Los Cañaris descendientes de los Mayas, conocían las leyes de la física, la astronomía y sus
construcciones en las alturas debían tener razones científicas que aún no son dilucidadas por la ciencia y es más ni siquiera han sido objeto de un estudio serio.
Celosas y con vida, las nubes inquietas y espesas taparon, como cortina en las montañas, a las figuras antropomorfas y esculturas gigantes de piedra, legado milenario de toda la humanidad; que muestra a la naturaleza misma obligada a cuidar, resguardar, proteger y esconder por miles de años a este tesoro arqueológico moldeado y tallado en los cerros con las manos del hombre precolombino y ancestral americano, salvaguardando a los jeroglíficos y esculturas gigantes del austro, monumentales y colosales obras de arte ancestral Cañaris, hechas de hace siglos atrás, que han quedado como testimonio, de las que también toma parte las Gigantes Caras de Piedra de Huasipamba, y de las se ha permitido su deterioro y vulnerabilidad por la desidia y descuido lamentablemente, de nuestros gobiernos locales y nacionales, en su impericia ignorancia y el desconocimiento de encontrarse frente a la “octava maravilla del mundo”….!
De repente y en segundos, se abrieron las nubes como telón, para mostrar la obra y creación del más grande ensayo de la arqueología!, como sospechando los cerros de nuestras presencias, que unos días antes con Patricio el director de la Revista Cuenca, amigo de años, habíamos planeado regresar a Huasipamba, para iniciar una campaña a favor del ingreso de las Caras Gigantes de piedra en el registro e inventario del patrimonio arqueológico de la Unesco, y en la búsqueda de su justa denominación, como la octava maravilla del mundo:
¡Ya al llegar y culminar la cima frente a las apoteósicas figuras antropomorfas de roca!, revoloteaban cerca de nuestras cámaras, jugando alegres, inquietas, ávidas y amistosas, dos curiquingues, aves de la mitología del pueblo cañari, que nos hizo olvidar lo horrible y descuidado del camino de lastre que habíamos tomado como atajo desde la ciudad de Santa Isabel del Azuay, irónicamente en contraste con lo espectacular de éstas obras de arte milenario, dormidos en la injusticia y utopía de un turismo olvidado para nuestros pueblos, mutilado, cercenado, sepultado y postergado éste por negligencia e ineficacia de los que administran nuestros bienes, y que ahora forzosa y necesariamente debe cambiar.
Figuras Antropomorfas
Numerosas caras gigantes de su raza y hombre cañari, labradas en piedra en su mirada perpetua al mundo terrenal y a su entorno y naturaleza, como parte de la cosmovisión filosófica enriquecida de este pueblo. Se puede apreciar que en una de las caras sobresale, y artísticamente se logra, en la interposición individual de las rocas, la fácil dinamia, en la articulación facial-mandibular de su rostro, hecho todavía enigmático y por descifrarse; y, que desconcierta al visitante y turista, como a arqueólogos; tesis e hipótesis, que se mantiene todavía incierta y desconocida por la carencia y ausencia al momento de investigación.
Dioses y Tótems Cañaris
Cóndor gigante labrado en piedra, en la dinamia y actitud de “vuelo” (mosaico de dos aves sagradas en la mitología cañari, en diferentes poses y dinamias, del arte cultural dinámico Cañari ancestral). -Los Cañaris adoraron a las piedras, árboles gigantes, a la luna y también a los animales como el puma, cóndor, guacamayas, oso de anteojos, tortuga, culebra, etc.
El ancestral arte dinámico de los Cañaris (La Piedra Movedora, y la enigmática maravilla del mundo por descifrarse).- La piedra movedora de Huasipamba que toma parte de este complejo arqueológico inmemorial Cañari, encierra el misterio todavía por descifrarse, del remoto conocimiento de la física, mecánica y movimiento de traslación de los cuerpos, que inquieta a los científicos en las grandes y magnas obras, que se edificaron paralelamente, hace miles de años, como son: las grandes rocas transportadas a los desiertos de Egipto (pirámides de Egipto) y las grandes rocas subidas a la cima de miles de metros de altitud (ciudad de piedra de Machu Picchu).
Roca Movedora llamada así por los lugareños de Huasipamba, de toneladas y gran volumen, que se mueve con el pequeño movimiento de los dedos y del soplar del viento que desafía a la leyes convencionales y conocidas por el hombre de la física y de la gravedad, y que puede a su vez representar la punta del ovillo para desenredar y desovillar la historia de estos pueblos en su conocimiento de la física y astronomía como una civilización ancestral que casi despareció, y que alcanzó, y tuvo gran conocimiento de las fuerzas de inercias, y de los centros de gravedad de las masas, capaz de concentrar en un solo punto el centro de gravedad y equilibrio de rocas de grandes toneladas, para así jugar hasta con el viento.
Es así que la roca movedora de Huasipamba, más bien se asemeja a la cabeza de la culebra (animal sagrado en la mitología cañari), con su articulación mandibular en dinámica y movimiento, “hablando para el mundo”, desde la cima de los Andes, moviendo la serpiente (tótem cañari), su mandíbula en la dirección a la ventana y abismo del mundo y la humanidad, como en señal de grito y bramido, en reprenda cuestionamiento y desesperación para que el hombre tome conciencia de cuidar y valorar su entorno y habitad: ¡todo esto en el reloj y juego perpetuo y eterno del viento!.
Huasipamba, y el enigmático código de los Egipcios (primicia)
Además de la piedra movedora, se aprecian en el lugar, a otras rocas más de mayor tamaño, pero con misma disposición y connotación física, desafiando, riéndose y balanceándose en las leyes todavía por nosotros en gran parte desconocidas de la gravedad. Sobresale también la extraña alineación y estrategia configuración triangular entre las piedras de Huasipamba, con la de Carachula y la Rumalda, complejos arqueológicos de esculturas también labrados en piedra por el hombre y localizados a pocos kilómetros de las caras de piedras de Huasipamba, estratégicamente en los lugares más altos y sobresalientes astronómicamente de la cordillera andina, de frente uno con el otro, extrañamente como que se encontrarán cuidando reguardando y conversando; ó, que se estuvieran mirándose entre sí: ¡Envanecidos engreídos y conscientes de tanta belleza!.
Pecado Arqueológico
No haber ingresado a las caras gigantes de piedra de Huasipamba. hechas con las manos del hombre ancestral precolombino americano, hace miles de años y en tiempos inmemorables, en el registro inventario y patrimonio arqueológico de la nación.
Pecado Cultural
Descuido y el olvido de las caras gigantes de piedra de Huasipamba.
Publicado en:
Publicado por: