Joyería Cuencana
¿Qué debes saber?
La joyería cuencana es reconocida como una de las mejores del país, por su calidad, originalidad y buen gusto. Hábiles orfebres, tanto en Cuenca como en sus alrededores, elaboran todo tipo de aretes, anillos, broches, brazaletes, colgantes y cadenas en plata, oro y otros materiales. Los diseños que se realizan mantienen, en la mayoría de los casos, una marcada influencia del arte precolombino y colonial, aunque hoy se emplean también motivos contemporáneos variados. Para las cuñas se trabaja con piedras como esmeraldas, brillantes, ópalos, aguamarinas, topacios, saudas, alexandras, granates y perlas cultivadas legítimas.
Muchos de los materiales utilizados, se los importa de otros países. Se tiene conocimiento de que, en la época prehispánica, los cañaris trabajaron con metales y piedras preciosas haciendo uso de técnicas como la fundición, el labrado y el repujado. Se realizaban láminas de relieve en joyas que eran utilizadas para ceremonias religiosas, ofrendas nupciales, distintivos de rango social y vestimentas rituales.
Ya en tiempos de la Colonia, la joyería fue considerada una actividad de prestigio en Cuenca y quienes la ejercían, gozaban de mayor jerarquía que el resto de artesanos. Fue por esta razón que los talleres joyeros fueron ubicados en las calles aledañas a la Plaza Central. En los mismos, se elaboraban en oro, plata y piedras preciosas, obras destinadas principalmente a la ornamentación de obras religiosas como la Virgen y a los santos.
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