Atahualpa

La rica historia alrededor de la Paccha y el agua, descansa en el verde de los cerros e invita a descubrir su secreto.

Atahualpa recibe su nombre en honor al último jefe inca. Existían asentamientos indígenas de ascendencia cañaris a la llegada de los españoles. Eso explica la riqueza de los vestigios en Yacuviñay, lo que ha despertado el interés de turistas nacionales y extranjeros. Este es el lugar donde siempre había caudales de agua, elemento vital y mágico para los pueblos precolombinos, pues estas culturas y civilizaciones se originaron alrededor de fuentes y manantiales de agua, ya sea en las alturas, en el llano o en los archipiélagos.

Las fiestas de cantonización en abril son celebradas con la feria ganadera, cabalgatas y rodeo montubio. Y en la primera semana de octubre, es posible asistir a las populares carreras de caballos que son celebradas.

Sus verdes paisajes pueden admirarse desde los miradores de la Santa Cruz, Daucay, y el Sitio San Jacinto. También es visita obligada la Mina de Piedras Verdes, el río El Salado, las aguas Termales de San José y la Cascada de Cerro Azul. En este último tiene lugar un singular fenómeno en que las elevaciones cambiar de color como su nombre indica




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