Leyendas de terror
Leyendas de Terror ecuatoriana
- Los relatos de terror han sido escogidos por los oyentes o por los lectores en cuyo caso su motivo es que mientras se encuentran reltando la trama de la historia, los mantiene en suspenso inclusive la adrenalina les hace persivir como que lo estarían viviendo. Las crónicas contadas por los más ancianos de casa hace que la imaginación de quien lo escucha esté en su máxima expresión. Estos relatos hace que la reunión familiar o entre amigos sea más amena e interesante.
- Lo que muchos no saben, sin embargo, es que muchas de esas leyendas y figuras de nuestro folclore moderno, en realidad, no nacieron de la televisión o de los cines, y en varias veces nos redireccionan a orígenes mucho más remotos e intimistas.
Leyenas de Terror cortas
Leyenda El Comemuerto
Anillos, vestidos elegantes, cadenas y hasta dientes de oro. Eran de los objetos más comunes que un hombre sustraía de las tumbas del Cementerio General de Guayaquil. Eran el año 1930 aproximadamente.
Esta historia que se publicó en la prensa ecuatoriana causó mucho revuelo.
En la ciudad de Guayaquil, indican las personas de alta posición económica se dieron cuenta que las pertenencias con las que eran enterradas sus seres queridos al momento de su entiero, las podían ver éstas en enta dentro delos locales de centro de la ciudad, aseguran las personas que pasaron por este episodio que por esa misma razón realizaron las respectivas denuncias...
Las denuncias inquietó a la policía que armaron un operativo para dar con la persona que estaba cometiendo el delito, y pudieron atrapar al comemuerto , y éste fue encarcelado. También su familia, que se encargaban de limpiar los objetos y comercializarlos. Este es uno de los casos más conocidos en la ciudad, por lo que su historia detallada se dará a conocer en un libro sobre cuentos de terror ecuatoriano.
Leyenda La condesa de la Loma Grande
Su historia prensenta a una joven muy hermosa, esbelta, una dama de la aristocracia europea. Vivía en una villa en el barrio la Loma Grande, en el centro de Quito. Según detallan residentes de ese barrio, sus abuelos comentaban que la mujer salía los viernes por la noche a divertirse en los bares del centro histórico.
En el barrio la Loma Grande, aproximadamente en los años 1880 y 1890, todo es fiesta y jolgorio desde su llegada a las reuniones. Todos le dicen "la condesa" y es tan bella que más de un galán quiteño se disputa sus favores, dice Ramos.
Sin embargo, lo terrorífico de la historia es que cada galán que empezaba a frecuentar a la condesa, desaparecía misteriosamente. Dice Ramos que acudían a su vivienda y eran asesinados por ella. "Cuando la mujer dejó esa villa, los nuevos residentes encontraron varios cuerpos enterrados en el jardín, lo que pensaron eran de los hombres desaparecidos.
La villa encantada de la Loma Grande. Foto: www.barriolomagrande.blogspot.com
Las brujas de San Bartolomé y Calguasig
En la Sierra centro son muchas las historias reales de brujería, prácticas que realizan curanderos de la zona para empeorar o mejorar situaciones de la vida, como el amor, salud, dinero, entre otras. En los cuentos de Ramos, se hace referencia a dos episodios en dos cuentos por separado. Uno es el de La bruja de San Bartolomé, y el otro El Libro de la vida, que hace referencia a las brujas de Calguasig.
El primero narra sobre tres niños jugaban en las montañas de la parroquia Pinllo, en Ambato, y se percataron del momento en que una mujer realizaba un hechizo, incluido un sacrifico. Los niños aterrados trataron de alejarse pero fue muy tarde, pues la mujer se percató y echó sobre ellos una maldición que atraía accidentes y situaciones negativas a sus vidas. Este maleficio continuaba de generación en generación.
"Yo nací allí (Pinllo), y nuestros abuelos nos contaban al calor de las fogatas las historias que ellos presenciaron en su juventud, eso era la tradición oral. Y esa leyenda ha tomado fuerza en ese sector de la Sierra centro", detalla el escritor.
Mientras que a las bruja de Calguasig hace referencia al famoso Libro de la vida y aSan Gonzalito. Ramos califica a esta creencia como un método de estafa y brujería que causa horror a las comunidades de Tungurahua y Chimborazo, pues al ser pueblos superticiosos creen en los mensajes de supuestas brujas.
Fue un terror psicológico, detalla el escritor, pues cada familia no lograba la tranquilidad al saber que el nombre de uno de sus integrantes constaba en el libro. Ramos detalla que aún se dan muchos casos, incluso muchos comuneros aplican la justicia indígena para castigar a las mujeres que se dedican a la brujería maligna.
Comuneros de la Sierra centro verificando su nombre en los libros de los curanderos. Foto: Archivo
La viuda del Tamarindo Corta
El árbol permanece solitario. Sin registro ni nada que anuncie que esa especie es el centro de una tradicional creencia en Posorja, en Guayas. Es el árbol del tamarindo que según los abuelos de la zona fue el centro de encuentro de una bella mujer que encantaba a sus víctimas y al llegar a ese punto mostraba su verdadera figura: una calavera envuelta en ropa femenina.
Los residentes o personas que llegan de visitan recuerdan esta tradición oral como verídica. Pues en la zona muchos taxistas contaron que fueron testigos del hecho, generalmente la víctimas de la viuda del tamarindo eran borrachos que frecuentaban las cantinas de la zona, u hombres que se dirigían solos a sus viviendas.
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