Taura
Atractivos Turísticos
En la parroquia de Taura se encuentra la Reserva Ecológica Manglares Churute que es uno de los Patrimonios Naturales de la Provincia del Guayas, es un atractivo en donde aún se conserva un manglar lleno de fantasía e historias, leyendas de una montaña encantada, envuelta en los trinos de los pájaros y monos aulladores, Churute apunta al mundo como un destino turístico.
El bosque de mangle está compuesto por cuatros especies: mangle rojo, negro, jelí y blanco que protegen las tierras interiores. En la reserva se han encontrado vestigios de la cultura Valdivia (2.400 y 1800 a.C.), Chorrera, Guangala, Jambelí y Guayaquil. Para su manejo turístico, la reserva cuenta con 4 senderos guiados y la zona de manglar que únicamente se visita en la lancha. Sendero El Mate, Pancho Diablo, El Mirador y Sendero Laguna de El Canción.
La Reserva Ecológica Manglares Churute es la única área natural del sistema nacional de protección que incluye:
- Ecosistema de manglar de la costa continental.
- Una muestra de ecosistema estuario pantanoso del estuario principal del golfo de Guayaquil.
- Un remanente de bosque seco y húmedo tropical.
- Una muestra del sistema lentico de la región con un cuerpo de agua en la laguna del Canción.
Los ingresos por turismo, al momento se han vuelto significativos y de fin de semana, atrayendo a turistas internos del cantón Guayaquil, Cuenca, Machala, que ven a la parroquia Taura como un centro potencial turístico, lo único que dificulta su desarrollo son los niveles de seguridad que en la actualidad están considerados como riesgos.
Dispone de sitios de gran hermosura turística como el malecón, sus puentes, esteros, manglares, nichos de aves, fauna terrestre, marina, etc.
Fiestas
- 28 de Mayo: Parroquialización
- 24 de septiembre: Fiestas patronales en honor a la Virgen de la Merced
Historia
Para muchos que han conocido brevemente la Historia de la Parroquia Taura, el nombre de Taura proviene de la palabra “TORO”, que a su vez se deriva del seudónimo “Los Tauras”, nombre que dio el presidente de la República José María Urbina en su periodo, a la guardia personal que los hombres más aguerridos de este pueblo formaron en agradecimiento por liberarlos de la esclavitud.
Retomando un poco la historia de la época colonial en nuestro país, el representativo río Taura era un medio de intercambio de productos comerciales entre Sierra y Costa, considerando como puerto de desembarque Santa Rosa y Puerto Baquerizo, y así fue que nuestro Taura fue creciendo paulatinamente con el esfuerzo y desempeño de sus hijos. En un Principio, lo que hoy conocemos como la cabecera Parroquial, formaba parte de una hacienda, propiedad del Señor Antonio López, oriundo de Jipijapa – Manabí, quien a su vez era hermano del Señor Francisco López, dueño de la Hacienda Las Jaguas y de la Hacienda San Antonio, esta última formando parte de lo que hoy conocemos como Recinto San Antonio, ubicado al margen del río Bulu. Se puede destacar que por el año 1910 aproximadamente, un número de personas asentadas en el centro Poblado, motivados por el deseo de tener una casa donde profesar su fe católica, levantaron la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, situándose inicialmente en las proximidades del antiguo colegio de la Parroquia, para posteriormente trasladarla a su actual ubicación, unos 30 años más tarde.
En lo que hoy es Parroquia Taura, antes del descubrimiento de América hecho por Cristóbal Colon, existió una comunidad Aborigen perteneciente a la cultura Milagro-Quevedo; testimonio de ello son las diversas Tolas existente en algunos lugares, como aquellas que, por ignorancia o ambición, al pensar que en ellas iban a encontrar objetos de oro, fueron miserablemente destruidas.
Otras pruebas son las hachas de piedra, pirulas para collares, narigueras de bronce, etc encontradas en diversos lugares de su territorio.
Durante la época colonial e inicios de la vida republicana, su rio fue totalmente navegable, porque arribaban viajeros que de aquí, a lomo de mulares partían para llegar a Naranjal y de allí, remontar la cordillera para alcanzar Cuenca. Es casi seguro que cuando el General Antonio José de Sucre luchaba por la independencia, debió parar por este suelo para consumar la independencia de Naranjal. Y dentro de las figuras señeras de nuestra vida republicana, la actual beata Mercedes de Jesús Molina, en compañías de sus dos acompañantes, también lo hiciera en su trayecto a Cuenca, para dirigirse de allí a Riobamba, donde fundó la Congregación de Religiosos Marianitas.
Por datos publicados en la Guía del Ecuador, editaba hace más de cien años, se sabe que Taura fue centro maderero, donde existía un gran aserradero, de donde zarpaban las balandras cargadas de madera para las edificaciones del Viajero Guayaquil, lo que se mantuvo hasta los años 1950 y principios de los 60, cuyo centro de desembarco estaba ubicado en la terminación de la calle Brasil, donde existió un Muelle y cuya intersección es con la calle Eloy Alfaro, de donde era transportada en camiones o carretillas tiradas por mulares hasta los depósitos donde eran adquiridas por los carpinteros de Rivera, (como se denominaba a los constructores de las casas que solían alcanzar hasta tres pisos de altura).
Según relataron moradores que a su avanzada edad rindieron sus tributos a la vida, para proveerse de agua, debían cargar barriles a lomo de mulas para cogerla en el cauce del río, a varios kilómetros de la cabecera Parroquial, hasta donde no llegaba la marea qua llevaba agua salobre al subir la marea de río Guayas. Otros medios de llevar agua era acarrearla en un estero Boliche, aproximadamente en lo que hoy es km. 18 de la vía Durán Tambo narraban estos señores, entre ellos el Sr. Gil Hernández, de casi cien años de edad, que para ahorrarse este trabajo, los moradores trabajaban en minga para desviar el curso del mencionado estero y acercarlo al poblado. Trabajo que debió ser titánico y que puede resultar difícil de creer.
Taura fue elevada a la categoría de Parroquia el 27 de Mayo de 1878, por decreto del Congreso Nacional que presidió José María Urbina y que fue ejecutoriado por el General Ignacio de Veintimilla, en aquel entonces, Presidente de la República.
De acuerdo a su partida de parroquialización, Taura fue una de las Parroquias más extensas de la República y Limitaba: por el Sur, con linderos que casi no han modificado: Por el Norte, es imposible precisar el punto de limite, pues se lo conocía como Palo de Bandera: lo que hace suspender que con seguridad debió haber mencionado lugar, alguna vara que pudo utilizarse como asta de bandera, en dos días festivos.
Por el Este, limitaba con la Parroquia Suscal del Cañar, es decir en las estribaciones de la cordillera central; cabe anotar que gran parte de estos territorios han sido usurpados por las autoridades de Cañar y Azuay en diferentes penetraciones, sino que las autoridades provinciales del Guayas o del Cantón Naranjal, jamás hayan hecho algo para impedirlo; convirtiéndose así en cómplices del atropello y desmembramiento del territorio Parroquial.
Por el Oeste, su límite fue el río Santay que la separaba de la Parroquia Eloy Alfaro (Durán) que, al ser elevada a la categoría del cantón se llevó gran parte de Taura, reduciendo su límite a la Rivera izquierda del río Taura; éste límite fue modificado al convertirse en Parroquia el Recinto Virgen de Fátima o Km.26, donde se anexaron los recintos Rosa Elvira y San Mateo; no así el Paraíso, cuyos moradores acudieron al Licenciado Genero Lam Presidente de la Junta Parroquial de Taura, quien como buen Taureño, apoyando la lucha, logro la creación del Mencionado recinto que pertenece a la jurisdicción Parroquia Taura.
En consecuencia, la Parroquia ha perdido más de un tercio de lo que fueron sus linderos de creación.
Al crearse el cantón Naranjal por decreto del Presidente José María Velasco Ibarra, la Parroquia Taura pasó, separándose de Guayaquil, a formar parte del naciente Cantón.
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