Trekking Antisana
¿Qué debes saber?
- Ingreso desde las 07h30 hasta las 14h00. Retorno hasta las 17h00
- Se localiza a 50 km del sureste de Quito, en las provincias de Pichincha y Napo
El volcán tímido de Quito
Se eleva a unos 50 kilómetros de la ciudad, pasando por sobre la Cordillera Oriental, entre los volcanes Cayambe y Cotopaxi. Pero, a diferencia de sus vecinos, Antisana casi nunca se deja ver desde Quito. Lo que no quiere decir que no sea una joya escondida que vale mucho la pena visitar.
El Antisana es hogar de ecosistemas húmedos y secos, bosques y pantanos con fauna silvestre tan llamativa como el tapir de montaña y flora tan bella como la flor nacional del Ecuador, la chuquiragua, con el encanto siempre presente del volcán que impresionó a Alexander von Humboldt en sus aventuras por Quito. Se puede visitar la casa donde Humboldt se alojó a comienzos del siglo XIX, en la antigua hacienda Antisanilla, también conocida como “La Ovejería”, donde, décadas más tarde, las tropas independentistas volverían, para planear su asalto final a Quito, en 1822.
Varios lagos salpican el paisaje, incluyendo Santa Lucía, Tipo pugro, Muerto punto y Secas, más cerca de Píntag, famoso por la producción de trucha y alimentado por el río Isco. Este río y muchos de los lagos fueron creados por el flujo de lava Antisanilla (que a su vez fue creado durante la última erupción del volcán Antisana). Hoy patrimonio natural, es a menudo malinterpretado como una montaña de verdad (¡parece un nevado por sus glaciares en épocas frías!). Un lugar fascinante en realidad, donde pernocta una de las comunidades más importantes del Cóndor Andino.
Ya dentro de la reserva, existen destacadas experiencias. Quizás la más laureada es el conocido Trek del Cóndor, una ruta de varios días que te lleva desde el lago de Papallacta hasta la Reserva Antisana pasando por la preciosa laguna de Santa Lucía. Pero para los menos aventureros, probar la excelente trucha fresca pescada localmente en los lagos cercanos y siempre en el menú en restaurantes que llevan hasta las puertas de la reserva es, de por sí, un gran recomendado. También son muy especiales los avistamientos de curiquingues, bandurrias, zambullidores y patos en la laguna de La Mica y el camino que lleva hasta él. Energizantes caminatas hacia los diferentes miradores, en días despejados, revelan gloriosamente al descollante volcán y todo su entorno, ¡una vista panorámica difícil de olvidar!
El Pueblo de Píntag
Píntag, con su hermosa iglesia y característica plaza de piedra, es el portal a la majestuosa cordillera de los Andes orientales, desde donde se puede explorar no sólo a Antisana, sino también al volcán Sincholagua. El pueblo es conocido por un enigmático túnel de 100 metros, un instigador de historias tenebrosas, y pintorescas casas entre cultivos y campos de maíz.
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