Alexander von Humboldt y su vivencia en Riobamba
¿Qué debes saber?
- Humboldt visitó Ecuador por apenas 8 meses en 1802.
- Junto a Bonpland y Montúfar, recorriendo los Andes ecuatorianos con una apretada agenda científica.
- En la actualidad, 5 rutas de observación de naturaleza y aventura, que atraviesan las provincias de Pichincha, Chimborazo, Cañar y Loja, dan cuenta de la célebre travesía que los exploradores más famosos de su época, realizaran en las regiones equinocciales del nuevo mundo.
- La ruta del Pichincha, la ruta de las plantas de Tixán a Alausí, la ruta del Capac-Ñan desde Alausí hasta Ingapirca, la ruta de la Cascarilla, y la famosa ruta de ascenso al Chimborazo, actualmente ofrecen la experiencia de recorrer los pasos de estos grandes exploradores.
- La Sultana de los Andes, Riobamba, es sin dudarlo, el mejor punto de partida para explorar estas rutas.
- Situada en pleno corazón de la patria, Riobamba ofrece los mejores tiempos de conexión:
- 03h00 Riobamba – Quito: E35
- 01h00 Riobamba – Refugio Carrel: E492Guardar
- 01h30 Riobamba – Alausí: E35
- 04h00 Riobamba – Azogues: E35
- 08h00 Riobamba – Loja: E35
- Riobamba, el hub turístico del Ecuador, posee una infraestructura turística que facilitará tu experiencia.
Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt
- Humboldt nació en 1769; nació para la ciencia, pero no para la cátedra.
- Las primeras letras las hizo en casa, estudió en Berlín.
- La baronesa (su madre), en 1787, le encaminó a Frankfurt.
- Él deseaba saber todo y ser todo: topógrafo, ingeniero, astrónomo, físico, geólogo, naturalista, algo así o todo ello; las finanzas le parecían poca cosa.
- Su muerte: 6 de mayo de 1859, fecha memorable que enlutó al mundo civilizado y que se la recuerda a manera de un acontecimiento cósmico.
- Humboldt fue el primero en muchas áreas, el Naturgemalde es la primera infografía de la ciencia moderna, y es a la vez uno de los testimonios documentados que dan cuenta del camino que recorrió, para comprender, que “todo está conectado”.
- Riobamba acogió a Humboldt y encontró en nuestros horizontes materia suficiente para dar pábulo a sus actividades científicas en el inmenso campo de su saber: Botánica, Zoología, Astronomía, Geografía, Geología, Vulcanología.
Humboldt y nuestra naturaleza
Difícil sería enumerar siquiera la labor que Humboldt desarrolló en nuestros campos y collados, pero basta revisar sus obras para convencerse que ella es enorme y provechosa; que nos baste, pues, recordar algo de lo que poco se ha dicho y que sin embargo nos toca muy de cerca. Particular interés manifestó el sabio por nuestras ruinas prehistóricas, y en este sentido Humboldt puede ser considerado como nuestro primer arqueólogo.
Nos dejó dibujos y planos de algunas de ellas, que por negligencia se han destruido, pero esos dibujos son documentos que nos serán valiosos el día en que, nos decidamos a reconstruir esas fortalezas y palacios.
Escala el Chimborazo hasta 5.759 metros considerado entonces la más alta montaña del mundo, batiendo así el récord internacional de altura, que habría de conservar hasta 1838. Más bien por casualidad que por plan premeditado se convierte en el primer explorador del mundo montano tropical, entendiendo por tal el conjunto de los fenómenos, relieve, clima, flora y fauna y el carácter general del país, como habitación del hombre.
Humboldt Rumbo a Quito
Humboldt había satisfecho su propósito de conocer y de ·escuchar a Mutis, después de lo cual consideró prudente continuar hacia el sur, dándose alguna prisa porque su permanencia en Nueva Granada se había traspasado de la cuenta, y se trataba de llegar al Perú en tiempo oportuno para alcanzar al capitán Baudin. El viaje sería de algunos miles de kilómetros, de modo que para la Audiencia de Quito no le quedaba mucho tiempo a pesar del interés que ella le ofrecía como lugar ecuatorial, como el país de las montañas agrestes y nevadas; de los volcanes; de las selvas vírgenes, de la vegetación exuberante y con todos los climas de la Tierra; lugar adecuado para toda clase de observaciones y en especial para lo que buscaba: "Las leyes que gobiernan las relaciones entre las formas terrestres, el clima y los organismos"; esto es, 'leyes que traduzcan esa anatomía de la naturaleza que anhelaba demostrar; leyes que, bajo otro punto de vista, equivalen a las relaciones existentes entre ·el medio ambiente y los seres vivos y que su enunciado nos trae a la memoria lo que más tarde, en 1809, el Gran Lamarck consideró como la base de la doctrina transformista, en su famosa obra, la "Filosofía Zoológica".
Hacia el Sur
Los viajeros, que para entonces eran tres: Humboldt, Bonpland y Montúfar, después de la ascensión al Chimborazo, en Julio de 1802, se dirigieron hacia el sur del país con dirección a la provincia Loja, colindante con la república peruana. A nuestros hombres les interesaba Loja por ser la clásica región de quina, cuyas propiedades curativas, antipalúdicas, eran celebradas en Europa.
Se detiene en Guayaquil
A principios de Febrero, Humboldt desembarcó en Guayaquil, precisamente en momentos en que nuestro Cotopaxi, entre bramidos y relámpagos, vomitaba lava incandescente; el espectáculo era visible desde el mismo Guayaquil, y, naturalmente, para Humboldt tal acontecimiento era único y de lo más apropiado para maravillar a un sabio; él hubiera querido no perderlo en sus detalles de principio a fin o por lo menos mirarlo de más cerca, tanto como poeta, que lo era, como en su calidad de hombre de ciencia, que jamás había presenciado un despliegue iracundo y terrorífico de la dinamia oculta en las entrañas del planeta.
Así, pues, en Guayaquil agenció convenientemente para acercarse un poco más al coloso enfurecido en una pequeña embarcación subió por el río Guayas hasta la ciudad de Babahoyo pero el volcán estaba siempre lejos; Humboldt habría deseado velo más cómodamente, para lo que necesitaba alejarse aún más del puerto y, quien sabe, si avanzar hasta la cordillera; en esta alternativa, Bonpland intervino oponiéndose al proyecto, considerando el peligro de que zarpase el barco antes de su regreso, y ante este riesgo no hubo más remedio que volver hacia atrás; los amigos subieron a la nave que esperaba en Guayaquil y abandonaron nuestro suelo en febrero de 1803.
- Tomado del texto de Julio Araúz, Alejandro Von Humboldt 1859 -1959
- Publicado en el Boletín de Informaciones Científicas Nacionales Nº 90 de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
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